Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D.- El pasado presidente de la Asociación
de Abogados de Santiago, doctor Ramón Antonio Veras, deploró hoy la depravación
de estudiantes en escuelas, bailando en blumen, fumando y tomando alcohol.
Ve el abogado Veras que sin darle mucha vuelta a la
cabeza, debemos llegar a la conclusión de que las acciones de las jóvenes en
ropa interior, fumando y tomando bebidas alcohólicas, constituye una afrenta;
un oprobio y una perversión propias de una sociedad entregada a la indignidad y
a las inmoralidades.
Plantea en el país, los grupos de poder económico,
político y social, deben sentirse preocupados por lo ocurrido en las escuelas
públicas, las acciones de las adolescentes bailando en ropa interior, tomando
alcohol y fumando.
Cita “esas muchachas” que en horas de la mañana
salen de sus hogares, con sus uniformes muy ajustados a sus cuerpos, variados
colores en sus labios, rostros, demostraron la razón de su coquetería y
maquillaje.
El profesional del derecho expone que esas muchas sin
ninguna clase de disfraz para cubrir sus rostros, ni disimulo alguno, en pleno
centro escolar, se dejaron grabar, en ropa interior, muy risueñas y ejecutando
movimientos cadenciosos.
Veras, cuestionan además de bailar en pantis, las
jóvenes se dejaron ver por televisión, haciendo uso de bebidas alcohólicas,
como si su lugar para estudiar fuera un espacio público.
A su juicio los adolescentes, para completar las
acciones desenfrenadas en su propia escuela, hicieron una demostración de ser
expertos fumadores, lanzando por sus bocas una gran cantidad de humo.
Ya que aquel que quiso ver lo vio; el penoso
espectáculo de jovencitas en su centro de estudios, bailando en ropa interior,
tomando alcohol y fumando en unión de compañeritos.
Lo hicieron fríamente “hemos expuesto con respecto
a la mocedad”, sus diversiones para el público, no fue una actividad para
conmemorar un hecho de importancia.
Para el famoso abogado, dice cada quien atendiendo
a su forma de pensar, que califique lo llevado a efecto por jovencitas en una
escuela pública.
De entrada, hay que decir que fue una acción
desenfrenada que llega a la obscenidad.
Recuerda los hechos hablan y por lo agitada que
está la vida del pueblo, moviéndose entre crisis económica, social y sanitaria,
a lo mejor no se ha detenido a pensar lo que entraña el bochornoso caso en las
escuelas.
Expone las estudiantes bailando en blumen en su
escuela, no es para dejarlo así por así, como si nada hubiera pasado.
En opinión del jurista Negro Veras, esa acción
impone reflexión de parte de padres, autoridades, educadores y la sociedad
entera.
Tilda de des desenfreno en las escuelas, enviaron
un feo mensaje de lo que es la sociedad humana donde estamos viviendo.
Esto es motivo de vergüenza;
nos debe ruborizar, a no ser que aquí triunfó por completo lo indecoroso
sobre lo moral.
Asegura no hay que ser un pesimista para suponer
que lo sucedido en escuelas públicas, con una juventud entregada a
inmoralidades, no es más que la señal que manda un orden social despedazado
ética y moralmente.
Aduce las infantes hicieron eso no es para celebrar,
sino por el contrario, ha sido un acto que nos reduce como país, mujeres y
hombres de bien, el nivel a que están las vulgaridades no elevan, reducen.
Hace saber que lo recién ocurrido en los centros
escolares, y lo que hicieron las alumnas y los alumnos, lo que prueba es que
estamos en una sociedad infructuosa, inoperante, que no sirve para bien formar
en lo ético y moral.
Se ha presenciado por televisión, obra de los
futuros ciudadanos y ciudadanas, no es bueno para narrar, porque motiva mala
impresión.
Tampoco es bonito para contar a los demás, porque
causa repugnancia e indignación.
Ideas finales
Llama a no engañarse, porque los actos efectuados
por estudiantes en el mismo lugar donde son instruidos, son ofensivos; nos
llevan al descrédito como país, y en lugar de ganarnos elogios, nos hacemos
merecedores de opiniones afrentosas.
Analiza que lo que en su escuela hizo esa juventud,
hay que tomarlo como síntomas de un cuerpo social enfermo que, por medio de sus
miembros más tiernos, envía señales de gravedad.
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