Deploran abandono de la ciudad de Higuey

Por Marcelo Peralta y Alex Cedeño.

HIGUEY, R.D.- Pese a ser creado en el año 1503 por Juan de Esquivel cuando conquistó el cacicazgo y fundó una fortaleza en el 1506 por orden de Nicolás de Ovando que le dio el nombre de Salvaleón de Higüey, bautizada como la capital de la ganadería está en medio de la miseria y el abandono.

Calles deterioradas, carreteras inservibles, carente de sistema sanitario, aguas negras estancadas, ocupadas por miles de haitianos quitando la mano de obra a los dominicanos, a pesar que Punta Cana recibe 5 millones de turistas cada año, a Salvaleón de Higuey no llegan los beneficios.

Además, residentes aquí se quejan de que la familia Aristy, encabezada por Amable Aristy Castro controla la ciudad desde hace 40 años, sin embargo, no se observa crecimiento de desarrollo.

Aseguran que Higuey posee el privilegio que desde Sevilla en España, el día 7 de diciembre de 1508 se le concedió el Escudo de Armas, sin embargo, es la capital de Turismo Dominicano; de la Ganadería,  del casabe, del dulce, con cerca de 200 mil habitantes, desde el gobierno no hay solución a muchos males.

Dicen que esta ciudad sobrevive gracias al turismo de Punta Cana, sin embargo, los beneficios con concepto de impuestos la población llana no lo percibe.

Higuey, es la tierra del Sol, que en el pasado habitaron varias tribus suramericanas,  situado en el extremo Oriental debía tener mejores condiciones de servicios esenciales.

Un ejemplo, citan moradores de aquí es el estado de abandono del barrio doctor Joaquín Balaguer, pasado presidente de la República  en la actualidad está arropado por las hierbas, basuras y agua negras.

Denuncian que niños están enfermando debido a los efectos de la contaminación, cañadas llenas de basuras, plásticos, solares yermos.

Para Isaías Robles, dirigente comunitario lamenta que las autoridades se descuiden de la limpieza para que el agua circule, lo que al estancarse se forman criaderos de insectos transmisores de enfermedades.

María Luisa Martínez y Rafael Cuesta, miembros de la Junta de Vecinos consideran que esta comunidad con el dinero por concepto de impuesto y la llegada de turista, debía estar como una “tacita de cristal”.