Foto gracias a Nino Saint Hilaire.
De
familia con apellidos de abolengo e hija de un hombre incomparable por su don de vida como lo fue Don Adolfo Báez, ido a destiempo.
Mery
era como la llamaban sus familiares más cercanas y sus allegados.
Fue
ejecutiva en la Universidad Superior de Agricultura -ISA- en donde laboró por
más de 30 años en el área de Créditos en donde se granjeó el respeto, apoyo y
solidaridad del personal que allí presta servicios y de estudiantes.
Brillaba
con luz propia, pero la mañana de éste martes dejó de funcionar de forma
inesperada impactando en toda la sociedad sabanetera y santiaguera.
Tenía
pasión por existir y seguir
luchando y compartiendo con sus seres más
cercanos.
Al irse a la casa del Señor Todopoderoso nos sorprendió a todos y
todas.
Ella era la figura de una mujer combativa y actuaba con justicia
social.
Por la calidad de la descendencia familiar se ganó muchos méritos
y sus conciudadanos la despidieron hoy en el cementerio de Sabaneta con mucha
congojas.
Siempre lucía alegre, impecable e ingeniosa y acompañado de su
esposo el ingeniero agrónomo Federico Thómas quienes formaron una familia
prestigiosa.
Tenía un temperamento agradable por su excelente composición
familiar.
Un tono de voz que agradece a quienes con ella sostenía alguna conversación.
Hoy la despedimos, esperanzados en que Dios la acoja en su seno.
Conformidad a sus familiares.
Paz a su alma doña Mery.
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