16 feb 2018

Mingo Barandán: Un personaje netamente sabanetero.

Por Ricardo González Quiñones.
Los pueblos, como fuente de vida de una nación, tienen en su interior, personajes difíciles de igualar unos, imposibles de repetir otros. Nuestra Sabaneta ha tenido muchos. 
Sumamente mansos algunos, netamente furiosos otros.
Hoy quiero hablar de Mingo Barandán, así bautizaron a uno de los personajes más pintoresco de mi pueblo.
Era hijo de doña Florentina Rodríguez “Flora”, oriunda de los Ranchos de Puerto Plata, madre de doña Jesucita, el padre de Mingo era Andrés Abelino Rodríguez “Andre-culopeto”.
No sabemos en qué fecha nació Mingo, pero si, nuestras investigación nos llevan a que fue entre 1915 al 1920.
Vivía en su casa materna en la Calle Alejandro Bueno esquina Próceres de la Restauración, donde tenía doña Chicha la esposa de don Yido Rivas un colmado, y que hoy día existe una banca de apuesta.
Domingo Antonio Rodríguez Rodríguez “Mingo Baradán” asustaba a todos los muchachos que en los años cuarenta iban a Las Espinas, a la cañada de Timoto, y tenían que pasar por el frente de la casa de éste.
Ahora adulto entiendo que Mingo era un Joven Especial, tenía El Síndrome de Down, sin embargo para nosotros en los setentas, decíamos que era “mongólico”.
El doctor José Andrés –Nito-Leclerc me ayudará a desenredar esto y lo explicará mejor.
Geor Lora, como solterona (jamona), lo “adopta” al principio de los años cincuenta, y se lo lleva a su casa en la calle Capotillo con San Ignacio.
Debido a su enfermedad, Mingo actuaba como un niño, Geor lo utilizaba para llevarle la comida al Padre Jaime Amengual, batir el dulce y hacer mandados. Geor le decía “mi piquinino” a Mingo.
Este en su lenguaje coloquial y solitario le decía “fafafa” a la comida del Padre Jaime, “Ampérico”, a Pello Lora, que era hermano de Geor, “Bisú”, a Luisa Lora, también hermana de Geor, “Burupa” a Rudy, hijo de Luisa.
A los niños “Chichicos” y a su madre de crianza “Angeor”.
En verdad, Mingo, era una celebridad que hacía reír a todo el mundo con sus ocurrencias y su intrínseco idioma.
Murió en el verano del 1974, después de unas semanas en cama.
Creo que nuestro pueblo debería hacer un parquecito con una tarja bien grande que contenga los nombres de nuestros personajes pintorescos como Mingo, Suco, Cadeca, Cundo, Cabito, Nene Jacobo, Don Marín Méndez, María, Eneria, Merced la Pinta, Colá, Jala-Jala, Paquiar, y otros más.
Les diré que estoy escribiendo las biografías de cada uno de ellos y en su debido tiempo la tendremos a través de este periódico digital.

Hasta pronto, Dios querrá.

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