Este niño de ascendencia haitiana pide limosna a un transeúnte, pese al peligro arriesgando su vida.
Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D.-Humanista y plausible
es el proyecto “Hogar, Escuela Nuevo Amanecer” de la esposa del presidente Luis
Abinader doña Raquel Arbaje debe enfocarse bien y que sea un “eslabón” real,
que recoja a los verdaderos niños necesitados.
Los niños de las calles se
han convertido en una problemática de nunca acabar, porque en algunas provincias
del país, eso es un “lucrativo negocio”.
El proyecto de Raquel Arbaje,
mujer llena de humanismo, constituye un “Plan Piloto” a implementarse con el
aval del ministerio de Educación a iniciarse en el año 2020.
Para desarrollar con
eficiencia, se usarán muchas escuelas de la ciudad de Santo Domingo donde se
inicia la primera etapa.
En “niños de las calles”, es evidente
que hay que tener tolerancia, en virtud de que ahí podrían estar futuros
presidentes de la República Dominicana, científicos de la NASA, profesionales
de la Medicina y otras áreas.
En el mundo se calcula que
hay 130 millones de niños, niñas viviendo de la caridad ciudadana, mendigando,
andando por calles, callejones, arriesgando sus vidas, durmiendo dentro de alcantarillas,
zonas llenas de pestilencias, inseguridad social.
Esos 130 millones se reparten
en Asia hay 30 millones; África tiene 30 millones y el resto repartidos en los
demás países.
La situación es difícil y muchos
de esos niños y niñas van a las calles, debido a que padres y madres son
culpables.
Diversos son los factores que
llevan a estos niños y niñas a las calles.
Entre ellos descomposición
social, desunión de padres, madres, abusos, pobreza, maltratos, a vivir en
peligros, enfrentando vicisitudes sociales y desigualdades.
Cabe vez, la situación de
vulnerabilidad, deserción desde los hogares de niños, niñas a irse a las calles,
lo atribuyen a maltratos, mala alimentación, falta de techo y de respeto.
Falta de ambiente
equilibrado, falta de respeto a sus derechos individuales, deberes, que algunos
los miran mal y lo culpan de robos.
Algunos de ellos consideran, aunque
están en las calles, pero tienen dignidad y generosidad.
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