Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D.-Las diferencias
internas no están en mi agenda.
Ni siquiera en los miembros
de mis familiares.
Sin embargo, la decisión del primer
ministro haitiano Ariel Henry de destituir al Canciller Claude Joseph podría acarrearle
“un clavito dentro del calzado”.
El resentido Joseph sale del
poder lleno de “rabia”, “ira”, y de seguro, que viene a vengarse contra la administración
de Ariel Henry.
De seguro, que Joseph,
con la “rabia” y “resentimiento” que lo caracteriza tratará hacerle la vida “imposible”
a Ariel Henry, a su gabinete, se aliará a las bandas delincuenciales.
Esa destitución de Claude
Joseph causó efecto de inmediato.
Periódicos
del mundo sacaron “cabezotes” en primer cuerpo y letras en negritas.
El
pasado Canciller ahora tratara de nutrirse, involucrarse con las cabezas de las
bandas asesinas y salir fortalecido, y quien sabe, si planifican atentados y
perpetuarse en el poder haitiano.
Con
el “odio” dentro, Joseph de seguro, buscará cobijarse y ligarse a los miembros
de las bandas delincuenciales que han destruido a Haití.
Los problemas internos
que sacuden, intranquilizan y matizan deterioran a Haití, que lo resuelvan haitianos.
El expulsado Canciller es un retrato hecho a la medida del desorden que impera en Haití.
Joseph encausará malestar, se unirá a las bandas asesinas, ladrones, los que promueven el chantaje, tratando originar actos callejeras y acabando de que destruyan lo poco que queda de Haití para convertirse en el “salvador” de esa sufrida nación de habla francesa.
Ojalá que Claude Joseph, pese
a los ataques desaforados, perverso, injustificados, sin piedad tratando de “lacerar”
la paz y echando “odio” contra República Dominicana, un día de estos no cruce
la frontera pidiendo protección, alegando persecución.
Quizás tenga “vergüenza” y se
vaya a otro país.
¡Bravo!.
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