Por Marcelo Peralta
Santiago Rodríguez, R.D.-Queda en evidencia que algunas personas sumidas en altos niveles de pobreza, sacudidas, periódicamente en patrones de conductas anormales, desastres naturales, ahogados por cuestiones históricas frustrantes acoge en sus cimientos la ira, emociones y sentimientos inadecuados.
En la comunidad El Guanal, zona tranquila por la calidad moral y de servicios de sus habitantes, la mañana de este sábado, un haitianlo lleno de ira mató a tiros a uno de sus compatriotas, causa y origen que la Policía y la justicia tratan de determinar.
El asesinato fue en plena carretera poeta Josian Espinal, en la comunidad El Guanal, tramo a poca distancia del municipio Sabaneta.
Se persigue, la víctima estaría realizando trabajos de limpieza frente a una residencia de dos niveles cuando su victimario fue y lo “ejecutó”.
En Haití, prevalece la endémica inestabilidad social, que en reiterados casos, hay ciudadanos de ese país africano que llevan la violencia en la sangre y la transculturan a los lugares en que se mudan.
Parece que a República Dominicana no hay más alternativas que asimilar y quedarse atrapada en ese modelo y vivir con esa crisis de manera permanente, gracias a traidores y vende patria.
El asesinato de ese ciudadano africano marca un hito en la historia del poblado y culto de El Guanal, porque la fragilidad del sistema y dominicanos cómplices por “dinero” crearon una agenda que corroe los cimientos de sensibilidad que caracterizaba a la patria de Juan Pablo Duarte.
En el país, cada día hay un recrudecimiento en los niveles de violencia causada por haitianos, sin que la ciudadanía tenga derecho al rechazo, protesta por la invasión silenciosa de haitianos, muchos que son violadores, jefes de bandas, coyotes, traficantes de drogas, tratar de blanca que existe en el “gobierno del PRM, de la improvisación y el de mordaza”.
La presencia de haitianos en República Dominicana causa “grima”, “desbordado límite” y no tiene “parangón”, porque los haitianos ilegales, en el gobierno del PRM, gozan de más derechos y privilegios nativos de Quisqueya, como la bautizaron los aborígenes.
Un alto porcentaje de haitianos por sus raíces profundas africanas, han ido enquistando a lo largo de los siglos y que implantan en República Dominicana contaminando a sus nobles ciudadanos.
Esos factores históricos y negativos arrastrados por costumbres africanas exacerban el acervo cultural dominicano y hay bacterias humanas que contribuyen a ayudan expandir a nivel del país en los actuales momentos.
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