Tribunal Colegiado en Montecristi condena a 50 años a dominicano y haitiano por asesinos.

Muerto: Juan Carlos Díaz Sosa.

Autores José Luis Vargas y Guegue Joseph, condenados a 30 y 20 años de cárcel.

Por: Santos Vásquez, Samuel Jiménez Suero y Marcelo Peralta. 

San Fernando, Montecristi, R.D.-Dos forajidos acusados de asesinar inspector de Aduanas con sede en el puerto marítimo del municipio presidente José Antonio Salcedo de aquí, han sido condenados a 20 y 30 años de cárcel a cumplir en el reclusorio de la Fortaleza San Fernando.

José Luis Vargas, de nacionalidad dominicana cargó con 30 años y el haitiano Guegue Joseph, con 20, acusados de asesinar a Juan Carlos Díaz la madrugada del día 2 de diciembre 2023, entraron a su casa en Copey, para supuesto, intentar robar. 

La víctima al notar que esos dos ladrones entraron a la casa, optó proteger a su hija menor de edad, lo que aprovecharon esas dos “ratas” para asesinarlo a tiros.  

Violaron artículos 295, 304, 382 y 379 del Código Penal y las penas deberán cumplir en la cárcel Padre Fantino de la ciudad del “Morro”.

El veredicto emitido los jueces del Tribunal Colegiado, magistrados Mercedes Reyes, Rancier Castillo y Ana Virginia Socías.

Este alevoso crimen tuvo la investigación de la fiscal adjunto Johanny Herrera y en la audiencia como fiscales litigantes fungieron Ibelca Castillo y Yelissa Cabrera. 

Familiares de la víctima y gentes de la sociedad acogieron el veredicto de los magistrados.

En cambio, algunos ciudadanos presentes en la audiencia, opinan casos de esta especie debieran preocupar a la sociedad.

Sugieren a quienes tienen la facultad de modificar leyes, que las referentes a estos tipos de asesinatos deberían ser más severas y autores de crímenes de estas envergaduras jamás deberían volver a ver los rayos del Sol. 

Conjeturas: 

A raíz de este hecho de sangre, se especuló que el inspector aduanero Juan Carlos Díaz habría pedido a superiores reforzar la seguridad en su hogar debido a múltiples ocasiones, alegados “ladrones” habría robado las cámaras de vigilancia.

La víctima había descubierto el tráfico de drogas que salía por el puerto de Manzanillo en barcos cargados de guineos hacia Europa y Estados Unidos.   

Nadie hizo caso a pesar de la denuncia y la gravedad de esos acontecimientos, la jerarquía de Aduanas se “tapó los oídos”. 

El medio de transporte que usaba el funcionario asesinado, en múltiples ocasiones fue objeto de “atentados”, a pesar de la denuncia que Juan Carlos Díaz formalizó desde el gobierno de Luis Abinader, dirección general de Aduanas y menos de organismos de seguridad hicieron “nada” por proteger su vida. 

Lo que parece, es que, el poder del narcotráfico permea las esferas de organismos estatales.