San Francisco de Macorís, R.D.-“No es momento para huelgas, sino para el esfuerzo
conjunto. Es hora de enfocarnos en el bien supremo: la formación de futuras
generaciones”, precisó.
El Obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís,
Monseñor Alfredo de la Cruz Baldera, instó a la Asociación Dominicana de
Profesores (ADP) y al Ministerio de Educación de la República Dominicana
(MINERD), al establecimiento del diálogo razonable con la finalidad de poner
fin al conflicto que mantienen.
“No es momento para huelgas, sino para el esfuerzo
conjunto. Es hora de enfocarnos en el bien supremo: la formación de futuras
generaciones”, precisó.
Monseñor De la Cruz Baldera, entiende que la mejora en
la calidad de la educación es una obra que requiere del compromiso de todos,
sabiendo que las inversiones en ciencia y conocimiento nunca son vanas, sino
que fructifican en un rendimiento académico que levanta a toda la nación”.
Reconoció las dificultades que enfrentan los docentes,
quienes ven mermada su capacidad adquisitiva en un contexto de creciente
inflación, pero, sin embargo, cree que es imperativo que unamos fuerzas en este
momento preelectoral, no para dividirnos en confrontaciones, sino para
colaborar en pro de la elevación de la calidad educativa que nuestros niños y
jóvenes merecen.
“En estos tiempos donde los desafíos se presentan no
solo en las puertas de nuestras escuelas sino en la cotidianidad de cada hogar
dominicano, hacemos un ferviente llamado a la Asociación Dominicana de
Profesores (ADP) y al Ministerio de Educación de la República Dominicana
(MINERD) para que entablen un diálogo razonable y constructivo”, significó.
Reiteró su llamado a ambas partes, a considerar el
diálogo fraterno, imbuidos de un espíritu de comprensión y mutua colaboración y
que ese encuentro no sea de enfrentamiento, sino de búsqueda conjunta de
soluciones prácticas que aseguren tanto el bienestar de nuestros educadores,
como la excelencia educativa de nuestros estudiantes.
Monseñor Alfredo de la Cruz Baldera, culminó clamando
para que la sabiduría del altísimo guíe este diálogo y que la caridad fraterna
sea la luz que ilumine este camino.
“Unidos en esfuerzo y oración, confiamos en que el
diálogo sincero y la cooperación fructificarán en un futuro prometedor para la
educación en nuestra amada República Dominicana”.
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