El Papa Francisco en silla de ruedas contempló el pesebre mientras recorría hoy en el aula Pablo VI ubicada en la escuela de sobriedad, condenando la maldad, violencia, injusticia y pidiendo a las personas volver a lo esencial de su creación.
El Santo Padre realizó una obra de arte, criticó la pobreza, las
privaciones que sufrió el Señor por dar amor a humanos.
Dice en la actualidad el Santo Padre dice hay
personas en riesgo de perder lo que cuenta en la vida; pero existe un
consumismo que corroe su sentido, más ahora en la Navidad.
Describió el consumismo especie de frenesí
por ir de compras”, que lleva la atención, quita sobriedad a la navidad, el
“espacio interior para el asombro”, dejando espacio a la fiesta.
Declara la sobriedad y el asombro ante el
pesebre lleva a esa “alegría que desborda el corazón” cuando se toca con la
propia mano la cercanía de Jesús, la ternura de Dios.
Alaba a personas sencillas que se postran
ante la extrema humildad del Señor, en una pobre gruta de Belén.
El Santo Padre abrió su catequesis que hace 800 años que San Francisco, en el
pequeño pueblo de Greccio realizó el primer pesebre viviente.
El Papa Francisco asegura la Navidad es
alegría, no diversión, a la vez de sostener la sana diversión no es mala y es humana es más profunda.
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