El país debió constituir una jornada de reflexión al estar de por medio la alfabetización, derecho humano transversal detrás cuestiones como erradicar la pobreza, reducir la mortalidad infantil, materna, lograr igualdad de género, garantizar el desarrollo sostenible, paz y democracia.
Hay preocupación según la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples el nivel de analfabetismo en el país está en 6.5%, peor que en Enhogar 2017, que era de 6.1.
Este porcentaje nos sigue colocando lejos de la meta de ser un país libre de
analfabetismo, declaratoria que la Unesco dice lo que según los estándares
internacionales se requiere colocar la tasa nacional en 5%.
Esto obliga a poner la erradicación del analfabetismo entre las prioridades de
los que nos gobiernan y a la motivación e involucramiento en este esfuerzo de
todos los sectores de la sociedad.
Para la Unesco, alfabetizarse es una necesidad esencial para el desarrollo
social y humano en su capacidad de transformar la vida de cada individuo, la
familia y la sociedad.
Es,
además de un derecho humano fundamental, la base para el aprendizaje
permanente.
El país registra muchas campañas de alfabetización, inconstantes.
A su arribo al poder en 2012, Danilo Medina, desde su toma de posesión declaró de alto interés nacional la alfabetización de personas de 15 años o más y hasta plazos se fijaron, pero todo se diluyó en el tiempo.
Los sectores interesados en la educación, no los políticos que solo la
mencionan en sus campañas, debieran superar la desidia de funcionarios y
gobiernos con acciones concretas para que cada dominicano aprenda a leer y a
escribir.
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