Dicen que la motivación es
como el alimento para la mente. En consecuencia, cuando no la tenemos, se
impone que la busquemos.
En este tiempo, teniendo
tantos mensajes que “tumban el ánimo” y otros que generan solo ilusiones, se ha
vuelto imperativo que salgamos a buscar buenas nuevas, que procuremos esas
señales que estimulan.
En el primer grupo podemos
ubicar el mensaje de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con
sus augurios sobre una baja en el crecimiento de la economía
global para 2023, entre otros muchísimos mensajes que suelen ponernos “en
baja”.
Entre los mensajes que
ilusionan, principalmente a gente incauta, sobraría referir al ya famoso
Wilkin García Peguero, mucho mejor conocido como “Mantequilla”, hombre que ha
volcado la atención al municipio Sabana Grande de Boyá, en Monte Plata, al
presentarse como un supuesto “genio de las finanzas”.
Y en el tercer grupo ha de
ubicarse, o por lo menos cuenta con alto potencial para ello, el anuncio sobre
la creación del espacio denominado “Diálogos del Desarrollo”, según se ha
explicado, para “el intercambio de ideas y la reflexión sobre el crecimiento
económico y el impulso de políticas públicas para transformarlo en calidad de
vida para la gente”.
El primero de esos diálogos
acaba de ocurrir. Con la moderación del ministro Pável Isa Contreras y la
participación de los exministros de Economía Juan Temístocles Montás, Isidoro
Santana, Juan Ariel Jiménez y Miguel Ceara Hatton, se propició un espacio para
que cada uno expusiera lo que a su juicio deben ser los ejes fundamentales
para lograr real desarrollo en el país.
El propio ministro Isa
Contreras explicó que República Dominicana ha crecido económicamente,
pero no ha logrado elevar la calidad de vida de su población. Dicho
de otro modo, nos recordó que el crecimiento económico es solo una parte del
desarrollo.
República Dominicana “no ha
logrado aprovechar este crecimiento económico para elevar la calidad de vida de
su población en la misma proporción, se han expandido las brechas sociales y la
desigualdad, hemos erosionado dramáticamente nuestro capital natural y nuestras
instituciones democráticas, si bien han sido estables, siguen siendo algo
frágiles y no proveen todavía suficiente espacio para que la gente pueda
ejercer el derecho a participación plenamente en la construcción de su
propio futuro”, expresó Isa Contreras.
Escuchar a un funcionario
expresarse así y que lo haga en franco diálogo con quienes se han desempeñado
en ese cargo en otros gobiernos, en un país en donde a todo se le suele poner
el color y la intención de un partido político y en donde el hecho de
manifestar preferencia se acostumbra a percibir como estigma, es motivo para
que se renueve la esperanza.
¿Por qué son estimulantes
estas señales? Porque el desarrollo sostenible implica organización,
participación activa, contar con las personas y su entorno como centro,
esclarecimiento de visión, construcción de consensos y entendimiento del
carácter dinámico de las relaciones humanas.
Solo falta aspirar a que,
como se ha anunciado, este diálogo continúe en las provincias. Eso podría abrir
oportunidad para superar tantas expresiones de atraso dominadas por creencias
limitantes que nos dividen e impiden el avance que tanto necesitamos.
El diálogo es una vía muy
propicia para construir consensos. Y eso es determinante para lograr verdadera
mejoría en las condiciones individuales, sociales y políticas de las personas.
Ojalá que estas señales
logren tanto impacto como acogida, y sobre todo puesta en práctica, en cada
rincón de la República Dominicana.
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