Bangkok.- "Fueron escenas de guerra. Vimos personas morir en el vestuario".
Así
define a Efe los momentos de terror en el estadio Kanjuruhan el portero
brasileño Adilson dos Santos, quien milita en el club Arema de Indonesia y ha
sido testigo de la tragedia que segó la vida de al menos 125 personas el
sábado.
"Se
morían delante de nosotros": cuando un estadio se volvió campo de batalla© Proporcionado
por Agencia EFE.
"Era
un verdadero campo de batalla, eran escenas de guerra. Parecía la guerra entre
Ucrania y Rusia y no un campo de fútbol. Solo había caos y pánico", resume
conmocionado el jugador en una entrevista telefónica con Efe, concedida desde
la ciudad indonesia de Malang -que el sábado fue el escenario de una de las
peores tragedias de la historia del fútbol.
La
espiral de violencia arrancó cuando unos 3 mil aficionados del equipo
anfitrión, Arema, irrumpieron en la cancha tras una derrota 2-3 ante su rival
de patio Persebaya Surabaya y chocaron contras las fuerzas de seguridad, que
respondieron con bombas de gas lacrimógeno, cundiendo el pánico entre los
espectadores.
"Empezaron
a traer algunos de los heridos más graves para el interior del vestuario. Vimos
personas muriendo, yo entré en completa desesperación", recuerda Santos en
la isla de Java.
Nada
más sonar el pitido final, cuando comenzaba la confusión, los jugadores,
miembros de la comisión técnica y árbitros del partido rápidamente se
dirigieron al vestuario, donde estuvieron confinados durante unas cinco horas
hasta que la situación estuvo bajo control.
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