Esperan se imponga la pena de muerte en estos casos contra actores implicados que la Policía busque a esos culpables, el sistema judicial aplique sanciones sin contemplar y que no tengan salidas ni alternativas de prisión.
Por Marcelo Peralta.
Dajabón,
R.D.-En República Dominicana es urgente resolver la ola de crímenes, que se
legisle para aplicar la pena de muerte contra criminales, delito que arranca la
vida de decenas de jóvenes.
Reaccionan
indignados al recibir en esta cálida ciudad, situada en la agreste zona fronteriza,
limítrofe con Haití, el cuerpo inerte del joven Dabel de Jesús Zapata Rosa, de
30 años de edad, profesional del sistema educativo, una luminaria, hijo del
diputado oficialista Darío Zapata.
Zapata
Rosa asesinado en un intento de atraco la madrugada de este martes momentos en que
compraba alimentos en un negocio de comida rápida en “Picalonga Boulevar”, al
negarse entregarle su celular en la avenida independencia de Santo Domingo.
Era
un joven sobresaliente, graduado con honores en Maestría en Ámbitos
Socioeducativos obtenido en la Universidad del País Vasco, situada en Bilbao, Europa.
Desde
hace un tiempo vivía en la ciudad Santo Domingo donde fue funcionario del
ministerio de Educación desde el año 2021 al 2020.
Este
crimen se suma a otros que suceden a nivel nacional, debido al desenfreno, ola
de violencia y criminalidad que asola a República Dominicana.
Mañana
el jueves se oficiará una misa de cuerpo presente en la Parroquia Nuestra Señora
del Rosario, ubicada frente al parque municipal a las 10:00AM.
A las
11:00AM su cuerpo será depositado en el cementerio municipal.
Una
legación de la Cámara Baja expresó condolencias al diputado Darío Zapata,
representante del Partido Revolucionario Moderno-PRM- por la provincia Dajabón.
Se solidarizaron
con la familia como lo hizo el presidente de la República Luis Abinader.
Ciudades
de estratos sociales “imploran” al gobierno medidas urgentes que acabe con la
impunidad y cadena de crímenes que se cierne en la tierra de Juan Pablo Duarte.
Exponen
la inseguridad, atracos, asaltos, robos, crímenes son implicaciones que socavan
los cimientos de la sociedad y a Dajabón ahora le toca llorar, velar y sepultar
a un joven valeroso y víctima de esos flagelos.
Advierten
al presidente Luis Abinader que deje atrás la timidez, ordene medidas drásticas
que acabe con el grupito de lacras sociales, antes que la situación salga de
control y el pueblo vaya a las calles a reclamar.
Entre
lágrimas y lamentaciones, anhelan al jefe de Estado los dominicanos vivir en un
sólido sistema de justicia criminal sin impunidad.
Reclaman
justicia severa contra los criminales, más paz para los familiares de las
víctimas, que acusados se “podrán” en las cárceles, el sistema judicial
sanciones a autores sin la debida presunción de inocencia por los daños causados.
Alertan
de nada servirá el proceso de reformas que quiere el presidente Luis Abinader,
cuando existe un sistema de justicia débil que deja sin sanción a criminales.
Plantean
a nivel nacional debe fomentarse la coordinación entre policías, fiscalías, juzgados
y sistema penitenciario probos para que la sociedad pueda vivir en armonía y
seguridad.
Consideran
debe haber juicios públicos justos, severos, drásticos, ejemplarizantes contra
los criminales y que el sistema judicial no sea un “hazme reír” cuando se trata
de personas carentes de poder económico.
Alternativas.
Consideran
debe haber expansión y solidez de una nueva justicia contra las acciones
criminales que incluya establecimiento de objetivos claramente definidos, plan
de ejecución que defina el orden de las prioridades en la persecución,
investigación del delito y sanciones judiciales ejemplarizadoras.
Maduración
y profesionalización en las Unidades de Análisis Criminal, hacer énfasis en
sofisticar las acciones contra autores de cometer hechos de sangre y en caso como
el presente que haya leyes de aplicar la pena de muerte.
Siempre
priorizar delito para una persecución penal efectiva, que antes se haga revisión
de las responsabilidades eficientes de autores a fin de prevenir, perseguir y
sancionar el delito.
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