“Todos estos contaminantes ponen a las comunidades locales en grave riesgo de enfermedad y muerte”, refiere el informe.
Un conjunto de organizaciones
que trabajan por la protección del medio ambiente presentó los resultados de un
informe realizado por la Alianza Mundial de Derecho Ambiental, el cual reveló
cómo la contaminación térmica, del aire, el ruido y la vibración de las dos
barcazas de generación eléctrica propiedad de Seaboard Transcontinental
ubicadas sobre el río Ozama afectan gravemente la salud de los moradores de la
zona y el medio ambiente.
Durante una rueda de prensa,
el Instituto de Abogados para la Protección del Medio Ambiente; Programa de
Acción Comunitaria por el Medio Ambiente; Comisión Ambiental de Esperanza por
el Ozama; Red Nacional de Resistencia y por la Remediación del Daño Ambiental:
Central de Trabajadores Unificados y el Comité Nacional de Lucha Contra el
Cambio Climático explicaron que este informe fue realizado por una organización
de gran reputación a nivel mundial y que actualmente trabaja en 80 países.
El informe refiere la
presencia de contaminantes del aire, tales como los óxidos de nitrógeno, cuya
exposición al NO2 que es el principal de estos, provoca irritación del tracto
respiratorio, broncoconstricción y dificultad para respirar, ataques de asma y
aumenta el riesgo de infecciones respiratorias.
Menciona además que las
emisiones de óxidos de azufre forman partículas contaminantes que alteran el
desarrollo de la función pulmonar en los niños y contribuye al deterioro de la
función pulmonar en los adultos; causa y agrava el asma y enfermedades
cardiovasculares.
Con relación a la
contaminación del aire, el informe señala que la planta Estrella del Mar II
contamina el aire y aunque se pudiera afirmar que sus motores cumplen con los
estándares de la Organización Marítima Internacional para los
contaminantes del aire, esos motores y las normas de la OMI están diseñadas
para barcos que navegan en el mar o atracan brevemente en el puerto; no tienen
la intención de proteger a las comunidades cercanas año tras año. Es decir, no
son para barcos que estén fijos en lugares densamente poblados.
“Si bien estas plantas
afirman (sin datos) cumplir con los estándares de la OMI, estos estándares
marinos no son de ninguna manera suficientes para proteger la salud de las
comunidades locales. Públicamente se debe instalar el monitoreo de la calidad
del aire disponible para contaminantes clave (NOx, Sox, PMO3)”, refiere el
informe.
Respecto al ruido y la
vibración, el documento cita que, “la presencia de una contaminación
significativa por ruido y vibraciones es una fuente de malestar y posiblemente
una fuente de graves problemas de salud para las comunidades vecinas”.
También: “Los niveles
altos de ruido pueden provocar pérdida de audición, especialmente durante
períodos prolongados. Sin embargo, más allá de la pérdida auditiva, la
exposición prolongada a niveles de ruido incluso moderados causa una amplia
gama de problemas, desde la interrupción del sueño hasta el deterioro del
rendimiento cognitivo en los niños y enfermedades cardiovasculares”.
El informe refiere que,
aunque hay casos de plantas con ubicaciones sensibles en otros lugares del
mundo, los mismos están rodeados de algunos edificios industriales dispersos,
contrario a las barcazas sobre el río Ozama que es un área densamente poblada e
incluye gran parte de los barrios de Villa Francisca, Barrio Chino y se
extiende hasta el Alcázar de Colón.
Con relación a la contaminación térmica, el informe explica que la mayoría de las centrales eléctricas requieren cantidades importantes de agua para su refrigeración.
Esta
agua se puede reutilizar dentro de la instalación, pero este sistema operativo
requiere una gran torre de enfriamiento. En otros casos como en el de la
barcaza Estrella de Mar II, el agua se toma de una fuente exterior, aquí el río
Ozama y se utiliza para enfriar los motores, luego de lo cual se descarga de
nuevo al río.
“Los organismos acuáticos son
sensibles a la temperatura y los impactos del afluente calentado pueden ser
significativos. Una revisión encontró que los procesos de crecimiento,
desarrollo y reproducción se redujeron a la mitad por un aumento de siete
grados C. Incluso un aumento de un grado C en la temperatura del agua se ha
asociado con una reducción del 10% en los procesos biológicos acuáticos”,
indica.
Por estas razones el estudio concluye que: “Las barcazas eléctricas que operen bajo estándares marinos para impactos ambientales no son adecuadas para su colocación en comunidades densas como Santo Domingo durante períodos prolongados.
El uso prolongado de Estrella del Mar II es inapropiado sin una transparencia mejorada y datos de monitoreo accesibles al público para demostrar que estas barcazas están operando de manera segura y sostenible.
Como base de una operación sostenible deben cumplir
con las pautas de salud y seguridad como las desarrolladas por la Cooperación
Financiera Internacional/Banco Mundial”.
Otra de las conclusiones del
informe es que el HFO (full oil), el más sucio de los combustibles derivados
del petróleo debe cesar por completo.
La Environmental Law Alliance
Worldwide (Alianza Mundial de Derecho Ambiental, ELAW, por sus siglas en
inglés), ayuda a comunidades a manifestarse acerca del aire limpio, el agua
limpia y un planeta más saludable. Es una alianza mundial de abogados,
científicos y otros defensores, colaborando a través de fronteras para promover
los esfuerzos a nivel de base para construir un futuro sustentable y justo.
Ayudan a la ciudadanía a participar eficazmente en la toma de decisiones sobre
el medio ambiente, encarar abusos ambientales y hacer cumplir las leyes
ambientales.
El estudio estuvo encabezado
por Gregory “Rye” Howars, Dsc, MPH, científico de la Alianza Mundial de Derecho
Ambiental, entidad para la cual realiza evaluación de las amenazas para la
salud pública y el medio ambiente.
Howars tiene un DSc
(Doctorado en Ciencias, por sus siglas en inglés) en Salud Ambiental cursado en
la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston; un MPH (Máster en
Salud Pública) en Salud Ambiental, realizado también en la Escuela de Salud
Pública de la Universidad de Boston; un Máster en Astronomía de la Universidad
de Wisconsin-Madison y una licenciatura en Astronomía y Física.
Es académico y ha realizado
decenas de investigaciones. Ha escrito o contribuido con numerosos artículos,
libros blancos y respuestas a consultas públicas en nombre de organizaciones, en
los Estados Unidos como en la Unión Europea.
Ha recibido múltiples premios
y honores por sus investigaciones y es Socio Clave del Centro de la Universidad
de Brown para la Salud Ambiental Infantil.
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