Por Marcelo Peralta
Con la muerte del locutor Willy Rodríguez se fue “la
vida”.
Con su inexistencia a destiempo de Willy Rodríguez ”Se
va la gente”.
Con la muerte de Willy Rodríguez “se va un ser
humano inigualable”.
Con el deceso de Willy Rodríguez “se va un hombre
creador y fajador”.
Con la muerte de Willy Rodríguez “se fue uno de los
locutores más sagaces”.
Con la desaparición física de Willy Rodríguez “decimos
adiós a la Leyenda”.
El país perdió a un extraordinario ser humano.
Resulta inadmisible.
Los acontecimientos trágicos de Haití ayer tras el
asesinato del presidente Jovenel Moise es inadmisible aceptar.
Haber asesinado de 12 balazos al mandatario no se
resuelven los problemas.
Por el contrario, hacen exacerbar los ánimos.
Veinte y cuatro horas de esta tragedia, ya hay
problemas graves entre funcionarios por el control del poder.
Es difícil llegar a entendimiento con los haitianos
y poner fin a la crisis política, económica, social, cultural.
Pero, quien debía asumir el cargo en caso de la
falta del presidente de Haití, lamentable y penosamente hace una semana que
murió a causa de la Covid19.
Ahora, el primer ministro que renunció por diferencia
con el presidente Jovenel Moise quien volver a controlar el poder alegando que es
a él que le corresponde el poder, porque quien está no había sido juramentado.
Ahí hay un conflicto de intereses entre el primer
ministro saliente y el entrante.
Hasta el momento no se vislumbra detalles fiables a
las problemáticas del lado africano del archipiélago.
Esa nación de habla francesa lleva meses viviendo
entre “sangre, muertes, candela, desordenes, destrucciones e incertidumbre”.
Y ¿dónde están quienes se apoderaron de la riqueza
que antes tenía Haití?.
La crisis de Haití tiene salida si la comunidad
internacional interviene de manera seria y enfrenta con seriedad los aspectos comunes.
La situación de esa nación es “funesta y candente”.
Millones de personas vive entre “cuadros y escenarios
tristes”.
Ningún país en el mundo desearía vivir así.
¿Quiénes se benefician con la muerte del presidente Jovenel
Moise?.
¿A quién se culpa de esta tragedia?.
¿Se ha estudiado cómo afecta esa cuestión haitiana
perjudica a República Dominicana”.
Creemos que la única que pierde es República Dominicana
por la cercanía y lo accesible es para que los haitianos “brinquen” el Río Dajabón
por la Norte con Haití.
Y los 398 kilómetros fronterizos los haitianos
cruzan como “chivos sin ley”.
El presidente Luis Abinader debe con urgencia llamar
a la comunidad internacional donde estén presidentes y pasados presidentes de
América Latina y que el único tema sea la cuestión haitiana.
No se debe esperar que haya consecuencia invivible.
Allí existe caos, bandas de criminales asesinos,
desorden, secuestradores, narcotraficantes que imponen sus códigos y leyes a su
antojo.
Lo que vive Haití es doloroso, serio, complicado y
tedioso.
Ante esa situación, el gobierno de Luis Abinader debe
mantener el control absoluto aéreo, marítimo y terrestre.
República Dominicana no puede sola cargar con la cuestión
haitiana.
Ya estamos repleto de problemas con millones de
haitianos que andan cruzando calles, algunos robando, vendiendo drogas, violando
y asesinando a dominicanas.
Debe ponerse en práctica un plan que de respuestas
urgentes y positivas a esa embarazosa cuestión.
¿Quiénes llevaron a esa condición a Haití?.
¿Dónde está Canadá, Francia, Estados Unidos, Unión
Económica Europea y las personalidades que se aprovecharon de las bonanzas del
pasado que tenía Haití?.
¿Y a dónde está el cascaron de la Organización de
Estados Americanos OEA que cuando les da la gana de los miembros acaba a la República
Dominicana en foros internacionales en justificar los millones en dólares y
euros; mientras en otras vienen a disfrutar de sus playas y de los placeres que
les ofrece la vida?.
La comunidad internacional que se haya cargo de
Haití porque los dominicanos estamos “jartos” de tantas tragedias provocadas delante
de nuestros ojos del accionar delictivos.
Los valoramos como humanos, pero ellos allá y nosotros
aquí.
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