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» Abinader, su gobierno y una encrucijada

Por:
Ramón Antonio Veras.
I.-
Abinader: su formación personal y condición clasista
1.- Creo comprender la
posición de Luis Abinader, en su proceder personal y clasista, porque sé algo
de lo que significa el papel del individuo en la historia, y lo determinante
del accionar de las masas populares en el desarrollo social, y en el avance de la
sociedad humana.
2.- Conocí a los abuelos y a
los padres de Luis Abinader, antes de este nacer, y conozco de la buena
formación que le dieron sus progenitores. Por educación familiar, Abinader es
de un actuar correcto.
3.- Tal vez, a lo mejor, pero
creo no estar equivocado si escribo diciendo que el presidente Abinader, por
sus afines y educación hogareña, no es capaz de ejecutar, desde la presidencia,
actos réprobos, perversos contra hombres y mujeres de nuestro pueblo.
4.- Pero una cosa es el
conjunto de cualidades que distinguen al presidente Abinader, y a su tronco de
familia, y otra muy distinta su identificación como clase social, formando
parte de los grupos que, en nuestro medio, se distinguen entre sí por el lugar
que ocupan en el sistema social vigente.
5.- Luis Abinader, en el conglomerado
social dominicano, es parte de la burguesía nacional, que se identifica con el
imperio y es su aliado clasista. La ideología que sustenta es la que genera el ordenamiento
económico y social, que gira alrededor de la atrasada base económica bajo la
cual, con todo pesar, vivimos.
6.- La forma de conciencia
social, las ideas que anida en su cerebro el presidente Abinader, no las
podemos valorar ni analizar partiendo de su origen familiar, sino de clase. Su ideología
es su guía mental, la que dirige su pensamiento y manera activa de obrar.
II.-
El presidente Abinader, atrapado en un modelo infuncional
7.- Luis Abinader, es hoy el
presidente de la República Dominicana, una comunidad humana que descansa en una
organización económica, política y social, en la cual convergen personas con
diversas posiciones de clase, formas de pensar y actuar.
8.- Las teorías, opiniones y
concepciones presentes en el medio social dominicano, expresan posiciones de grupos
opuestos que intervienen en la sociedad con intereses diferentes.
9.- Nuestro país está hoy en
una crisis económica, social y sanitaria, que se evidencia por encima de la
voluntad personal y de clase de Luis Abinader. El desequilibrio en sentido
general es sistémico.
10.- La realidad que estamos
viviendo los dominicanos y las dominicanas, en cuanto a crisis estructural, no
puede ser resuelta por el gobierno de Luis Abinader, ni por ningún otro que pretenda
dirigir el país bajo el actual modelo. Precisamos de un viraje brusco que,
desde el punto de vista económico y social, escapa al pensamiento político de
Abinader.
11.- La organización económica
dominicana ha dejado de servir de aliento a las fuerzas productivas. Las masas
populares cada día pierden su capacidad de consumo, están frenadas e impedidas
de desarrollarse.
12.- El presidente Abinader, a
lo mejor, no se ha dado cuenta de que está dirigiendo a hombres y mujeres que,
en su gran mayoría, están padeciendo una crisis de subsistencia, cuyo mal
descansa en un sistema económico que ya
no da para satisfacer mínimamente las necesidades de alimentación de lo que se
llama pueblo dominicano.
13.- El agrietamiento de la
sociedad dominicana, no se supera con medidas superficiales, porque los males
sociales que genera el sistema no aceptan tímidas decisiones. A los daños
profundos, hay que enfrentarlos con acciones que saquen de raíz lo que es infuncional.
14.- Estamos ante dificultades
que están más allá de los sanos sentimientos de Luis Abinader. El modelo
económico y su ineficacia, nos dicen que no sirven para otra cosa que no sea
eliminarlos por completo, para salir de su opresión que asfixia a la mayoría
del pueblo.
III.-
Nuestro país en un pantano social y sin salida inmediata
15.- La materialidad de la
vida está enseñando a las grandes mayorías nacionales, que para salir del
pantano social y económico en que se encuentran, necesariamente deben accionar
para cambiar el ordenamiento actual que solo favorece a la minoría nacional y a
sus cómplices extranjeros.
16.- La crisis de todo orden
que padecemos hoy, no se resuelve con el proceder de buen natural, bondadoso y
servible del presidente Abinader, sino ejecutando la transformación necesaria
que haga posible un cambio que modifique la esencia misma de un modelo que se
ha hecho muy viejo, anticuado y dañoso.
17.- Para salir de las
complicaciones que nos afectan, se impone un viraje, un cambio de dirección en
la marcha que hasta ahora nos ha dirigido y llevado al estado de descalabro que
desde hace años nos encontramos.
18.- Por muy testarudo que sea
el ser humano, la realidad le da en la cara para que comprenda que las
soluciones políticas y sociales no dependen
de la buena voluntad de quien dirige el Estado, sino de su condición de clase y
su ideología.
19.- En nuestro país tenemos un gobernante de
buenos sentimientos, pero la crisis económica y social predominante, nulifica cualquier
deseo que tenga de modificar el orden actual. Los conflictos que a diario
padece nuestro pueblo, chocan con los intereses y deseos de Abinader.
20.- Sin lugar a discusión
alguna, el pueblo dominicano se encuentra en una encrucijada, porque el
gobierno presidido por Luis Abinader, es incapaz de ejecutar un giro contrario
al sistema, y las fuerzas motrices progresistas no están, ahora, en condiciones
de impulsar cambios verdaderos.
I.-
Abinader: su formación personal y condición clasista
1.- Creo comprender la
posición de Luis Abinader, en su proceder personal y clasista, porque sé algo
de lo que significa el papel del individuo en la historia, y lo determinante
del accionar de las masas populares en el desarrollo social, y en el avance de la
sociedad humana.
2.- Conocí a los abuelos y a
los padres de Luis Abinader, antes de este nacer, y conozco de la buena
formación que le dieron sus progenitores. Por educación familiar, Abinader es
de un actuar correcto.
3.- Tal vez, a lo mejor, pero
creo no estar equivocado si escribo diciendo que el presidente Abinader, por
sus afines y educación hogareña, no es capaz de ejecutar, desde la presidencia,
actos réprobos, perversos contra hombres y mujeres de nuestro pueblo.
4.- Pero una cosa es el
conjunto de cualidades que distinguen al presidente Abinader, y a su tronco de
familia, y otra muy distinta su identificación como clase social, formando
parte de los grupos que, en nuestro medio, se distinguen entre sí por el lugar
que ocupan en el sistema social vigente.
5.- Luis Abinader, en el conglomerado
social dominicano, es parte de la burguesía nacional, que se identifica con el
imperio y es su aliado clasista. La ideología que sustenta es la que genera el ordenamiento
económico y social, que gira alrededor de la atrasada base económica bajo la
cual, con todo pesar, vivimos.
6.- La forma de conciencia
social, las ideas que anida en su cerebro el presidente Abinader, no las
podemos valorar ni analizar partiendo de su origen familiar, sino de clase. Su ideología
es su guía mental, la que dirige su pensamiento y manera activa de obrar.
II.-
El presidente Abinader, atrapado en un modelo infuncional
7.- Luis Abinader, es hoy el
presidente de la República Dominicana, una comunidad humana que descansa en una
organización económica, política y social, en la cual convergen personas con
diversas posiciones de clase, formas de pensar y actuar.
8.- Las teorías, opiniones y
concepciones presentes en el medio social dominicano, expresan posiciones de grupos
opuestos que intervienen en la sociedad con intereses diferentes.
9.- Nuestro país está hoy en
una crisis económica, social y sanitaria, que se evidencia por encima de la
voluntad personal y de clase de Luis Abinader. El desequilibrio en sentido
general es sistémico.
10.- La realidad que estamos
viviendo los dominicanos y las dominicanas, en cuanto a crisis estructural, no
puede ser resuelta por el gobierno de Luis Abinader, ni por ningún otro que pretenda
dirigir el país bajo el actual modelo. Precisamos de un viraje brusco que,
desde el punto de vista económico y social, escapa al pensamiento político de
Abinader.
11.- La organización económica
dominicana ha dejado de servir de aliento a las fuerzas productivas. Las masas
populares cada día pierden su capacidad de consumo, están frenadas e impedidas
de desarrollarse.
12.- El presidente Abinader, a
lo mejor, no se ha dado cuenta de que está dirigiendo a hombres y mujeres que,
en su gran mayoría, están padeciendo una crisis de subsistencia, cuyo mal
descansa en un sistema económico que ya
no da para satisfacer mínimamente las necesidades de alimentación de lo que se
llama pueblo dominicano.
13.- El agrietamiento de la
sociedad dominicana, no se supera con medidas superficiales, porque los males
sociales que genera el sistema no aceptan tímidas decisiones. A los daños
profundos, hay que enfrentarlos con acciones que saquen de raíz lo que es infuncional.
14.- Estamos ante dificultades
que están más allá de los sanos sentimientos de Luis Abinader. El modelo
económico y su ineficacia, nos dicen que no sirven para otra cosa que no sea
eliminarlos por completo, para salir de su opresión que asfixia a la mayoría
del pueblo.
III.-
Nuestro país en un pantano social y sin salida inmediata
15.- La materialidad de la
vida está enseñando a las grandes mayorías nacionales, que para salir del
pantano social y económico en que se encuentran, necesariamente deben accionar
para cambiar el ordenamiento actual que solo favorece a la minoría nacional y a
sus cómplices extranjeros.
16.- La crisis de todo orden
que padecemos hoy, no se resuelve con el proceder de buen natural, bondadoso y
servible del presidente Abinader, sino ejecutando la transformación necesaria
que haga posible un cambio que modifique la esencia misma de un modelo que se
ha hecho muy viejo, anticuado y dañoso.
17.- Para salir de las
complicaciones que nos afectan, se impone un viraje, un cambio de dirección en
la marcha que hasta ahora nos ha dirigido y llevado al estado de descalabro que
desde hace años nos encontramos.
18.- Por muy testarudo que sea
el ser humano, la realidad le da en la cara para que comprenda que las
soluciones políticas y sociales no dependen
de la buena voluntad de quien dirige el Estado, sino de su condición de clase y
su ideología.
19.- En nuestro país tenemos un gobernante de
buenos sentimientos, pero la crisis económica y social predominante, nulifica cualquier
deseo que tenga de modificar el orden actual. Los conflictos que a diario
padece nuestro pueblo, chocan con los intereses y deseos de Abinader.
20.- Sin lugar a discusión
alguna, el pueblo dominicano se encuentra en una encrucijada, porque el
gobierno presidido por Luis Abinader, es incapaz de ejecutar un giro contrario
al sistema, y las fuerzas motrices progresistas no están, ahora, en condiciones
de impulsar cambios verdaderos.
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