Viejas salinas en Montecristi.
José Jáquez anuncia para marzo Ferias
Regionales Agropecuarias.
Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D.- El Ingeniero Agrónomo José
Gabriel Jáquez Vásquez, Viceministro de Incentivo a la Producción y
Emprendimiento, dependencia adscrita al Ministerio Administrativo de la Presidencia
de la República, dirigida por José Ignacio Paliza, anunció que el presidente Luis
Abinaer rescatará las salinas de Montecristi y Baní para devolver la
empleomanía y dinamizar el sistema económico.
Jáquez Vásquez, dijo que las salinas son inmensas explanadas repletas de
gigantes montañas de sal que gen eraban miles de empleos directos e indirectos
en la zonas de origen como en el interior.
Informa que tras el cierre de las salinas de Montecristi y Baní,
se crearon situaciones que afectaron la economía de más de millares de familias
que dependían de esa actividad productiva.
Hay que recordar que en la industria de sal que era procesada en Montecristi, aparte de
ser el pueblo mayor productor en el país de ese renglón y de abastecimiento al
mercado nacional, había 300 salinas, entre cuadros y estanques de aguas marinas.
Allí se elabora la sal y más de 250 propietarios, generando
beneficios directos e indirectos a más de 3 mil personas, entre propietarios, obreros,
picadores, rastrilleros.
Además, había envasadores, sacadores, cargadores,
transportistas, carretilleros, personal de apoyo, inspectores, empleados y
personal administrativo de que dispone el Consejo de Administración Salinero.
En este renglón, Montecristi tenía la van guardia y supremacía
del país en la producción de sal marina, tanto para el consumo humano como para
la industria.
Fue la primera vez, durante la época de la colonización, los
españoles instalaron en el denominado Nuevo Mundo de forma rudimentaria
la industria de la sal, la que con el paso del tiempo se fue desarrollando.
Luego surgieron salinas en manos de particulares,
hasta que la tiranía trujillista quien declaró de interés nacional su
producción, obligando a sus legítimos propietarios a la venta forzosa al
Estado.
Sin embargo, los productores ofrecieron resistencia a la
disposición del tirano, fueron perseguidos políticamente por lo que se vieron
obligados a abandonar la zona.
Desaparecido Trujillo del escenario político y la llegada del
presidente Joaquín Balaguer, mediante la Ley 7556 devuelve las salinas a los
ayuntamientos de Oviedo, Baní y Montecristi, permitiéndoles su arrendamiento a
terceros y concediéndoles licencia de explotación.
Luego, la producción salinera en Montecristi comenzó sus niveles
de descenso matizada por épocas de bonanzas, grandes pérdidas, limitaciones,
administraciones cuestionadas, dividiendo la clase en sectores entre salineros
asociados e independientes.
Los problemas surgidos entre los salineros tuvieron sus orígenes en la forma en que se realizan los pagos a los productores, dado que
la el Consejo de Administración Salinero (CAS) les recibe el producto a crédito
y ha durado hasta varios meses en hacerles efectivo el pago.
Toda la problemática comenzó a hilarse como materia del pasado, que
además, llegaron las deudas frenando la fuga de capitales, mayores controles
administrativos.
Tiempo más tarde, las salinas se fueron a pique hasta que desaparecieron.
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