Gobierno de Luis Abinader se asemeja a una obra teatral dramática.

Por Marcelo Peralta
Los primeros días de Luis Abinader en el gobierno y la aplicación de planes pareciera que se tratara del montaje de una obra dramática que en el ámbito escénico actuaran los cómicos y del espacio en que se sitúan los espectadores.

Las actuaciones del presidente Abinader son al estilo de un escenario convencional, cerrado por tres lados y abierto por la embocadura con su telón para que entren los espectadores, quedar todos atrapados entre butacas y palcos en un lugar en que nadie se pueda mover, ver ni oír en que cada quien tenga la conciencia de buscar posición y función.

Cuestionamientos no se iniciaron esperar con los nombramientos de personalidades con apellidos de abolengo; los “choques” entre funcionarios del Palacio Nacional; los grupos de dirigentes en provincias que solo se ocupan de nombrar en los mejores puestos a familiares y allegados, generando disgustos en las bases.
 
También, presidente de Municipios y Provincias cuyos nombramientos han sido anunciados, sin embargo, al parecer los mantienen engavetados y retenidos.
 
Se mencionan los casos del periodista Federico Reynoso, secretario general en Santiago y de Domingo Estévez, presidente del Comité Municipal en Santiago Rodríguez cuyos nombramientos están anunciados, pero no da curso.
   
Sale a relucir que desde que Luis Abinader y sus funcionarios arribaron al poder existe un “pugilato” que está causando confrontaciones que obstaculizan la puesta en marcha de una serie de planes a favor del país.

Se acrecientan las críticas dentro y fuera del gobierno y hasta altos dirigentes del PRM muestran insatisfacción por la forma en que se tramitan y la lentitud de los nombramientos.

Los gobernadores se quejaron la semana pasada que a pesar de haber sido designados más de un mes sus cuentas bancarias estaban en “cero” porque ni de la Presidencia de la República y de Ministerio de Interior y Policía no les habían depositado un “quiquí” para las operaciones más simples.

Pero, senadores de los partidos Revolucionario Moderno -PRM- que es el oficial; Fuerza del Pueblo se quejaban de una serie de malestares creados por el anuncio de medidas del presidente Luis Abinader.

Los senadores Faride Fadul, por el Distrito Nacional y Antonio Marte por la Provincia Santiago Rodríguez, ambos del PRM salieron al ruedo político a quejarse, al igual que del Partido Fuerza del Pueblo.

En el caso de los presidentes de la Confederación Nacional de Organizaciones de Transporte (CONATRA), Antonio Marte, quien además es el senador por la Provincia Santiago Rodríguez rechazaba las intenciones del Gobierno de gravar el consumo del gas licuado de petróleo (GLP) con US$174.50 por cada tonelada métrica, en el proyecto de Presupuesto para el 2021 sometido por el Poder Ejecutivo al Congreso Nacional.

Marte afirmaba que el galón de GLP se vende en el país a $112.80, según un reporte con los precios de los combustibles hecho ayer por el Ministerio de Industria, Comercio y Pymes, válido para esta semana.

El sindicalista y legislador afirmaba: “No creo que el GLP deba ser penalizado. Es una carga muy grande para los choferes y las amas de casa”, indicó Marte, también senador de la República.

Manifestó que está esperando que el Proyecto de Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos de 2021 sea debatido en las cámaras legislativas, porque “ahí hay muchas cosas que tumbar”, refiriéndose a las cargas impositivas que contiene la pieza.

Agregó que “no podemos poner penalidad donde hay penalidad”, argumentado que el GLP y otros bienes y consumos contenidos en el proyecto de presupuestos ya están grabados.

Pero los senadores del PRM, FP y PLD objetan nuevos impuestos cada uno en su vocería rechazaron este sábado que el anteproyecto del Presupuesto sometido por el Poder Ejecutivo al Congreso se sustente con la colocación de nuevos impuestos que tendrán que pagar los trabajadores.

Faride Raful, vocera de la bancada oficialista; Dioni Sánchez, de la Fuerza del Pueblo e Iván Lorenzo, del PLD, coincidieron en que sería la clase media y los que aún trabajan, quienes tendrían que pagar los nuevos gravámenes.

En su cuenta de Twitter @Farideraful adelantó que propondrá modificaciones sustanciales al proyecto de Presupuesto depositado ante la Cámara de Diputados por el Poder Ejecutivo.

«Sabemos bien que estamos ante una crisis de recaudación, producto de la pandemia y por el despilfarro irresponsable y corrupto de las autoridades pasadas.

Sabemos que es necesario aumentar los ingresos, pero también sabemos que no es cargando más a los pocos que aún trabajan», dice la senadora del Distrito Nacional en uno de sus tuits.
La senadora dice en su tuit que «el Proyecto de Presupuesto General de la Nación, es una propuesta depositada por el Gobierno Central ante el Congreso Nacional.

El Congreso Nacional tiene la facultad de estudiar y modificar lo que considere pertinente”.
Dioni Sánchez.

De su lado Dioni Sánchez denunció que el gobierno de Luis Abinader introdujo una reforma fiscal en el anteproyecto de Ley de Presupuesto de la Nación, algo que a su juicio es inaceptable.

Propuso al Gobierno retirar la pieza depositada el pasado miércoles a través de la Cámara de Diputados para que realicen los correctivos de lugar, antes de ser conocida por los legisladores, al considerar que la misma contiene puntos cuestionables como el gravamen que se pretende colocar al salario de Navidad, decisión que chocaría con el artículo 222 del Código Laboral que no admite impuesto a este derecho adquirido.

Dijo que el intento de crear nuevos impuestos por parte del recién inaugurado gobierno rompe con la tregua de cien días que normalmente se le otorga a las recién instaladas autoridades.
«Este terminará siendo un año tenebroso y se seguirá maltratando a la clase media», opinó.
Iván Lorenzo.

Mientras que Lorenzo, vocero del PLD en la Cámara Alta, dijo que pretender gravar la regalía pascual que se le otorga a los trabajadores dominicanos es ahogar económicamente a la clase media.

“Y más en momentos como estos que miles de familias han perdido sus empleos, que en los hogares donde trabajaban varios ahora sólo labora uno y en algunos casos ninguno”, apuntó.

Añade que “gravar con el 3% a las compras en moneda extranjera con tarjetas de crédito o débito, sería una doble tributación, porque se estaría pagando impuesto sobre el valor de un bien o servicio que ya pagó impuestos en el momento de su compra”.