El infierno de los médicos del castrismo

Más de 1.500 profesionales de
la salud de Cuba se han desplegado en 20 países
distintos para luchar contra la pandemia que azota al planeta. Gobiernos y
administraciones han pactado con La Habana para recibir a las polémicas
brigadas médicas, cuyos componentes son "sujetos de un proceso de vigilancia y regulación extrema de su vida
que es propio de un futuro distópico de Orwell", denuncia
a EL MUNDO José Miguel
Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch
(HRW).
Represión, cárcel o exilio
amenazan a los doctores que se rebelan ante el menoscabo de sus derechos.
"Los médicos ofrecen valiosos servicios a numerosas comunidades, pero a
costa de sus libertades más básicas", concluye Vivanco.
La prestigiosa ONG ha
investigado a fondo las interioridades de lo que denuncia como explotación o
incluso trabajo forzoso. "Los relatores de la ONU le han advertido a Cuba
que las condiciones a las que someten a estos médicos incluso podrían
considerarse una forma de esclavitud moderna", pormenoriza a EL MUNDO el
director de HRW.
Un férreo manual de normas
represivas acompaña a los médicos cubanos que viajan al exterior, que en
algunos casos recuerdan a mecanismos de control social ya superados incluso en la isla.
El personal debe reportar a sus superiores todas sus relaciones amorosas.
También está prohibido mantener relaciones con personas que mantengan
"posiciones hostiles o contrarias a la revolución cubana" o
"cuya conducta no sea acorde con los principios o valores de la sociedad cubana". Vivir con personas no autorizadas
vulnera los códigos de conducta.
Comentarios
Publicar un comentario