
Por: Ramón Antonio Veras.
I.- La niñez en el momento de la COVID-19
1.- Ningún ser humano nace siendo de buenoso malossentimientos, sino que en el curso del desarrollo de su existencia va formando su conciencia con relación a lo bueno y a lo malo, y aprendiendo lo que le enseña el medio circundante.
2.- En el hogar, los niños y las niñas reciben de sus padres la instrucción que les va a servir de base para su formacióncombinada con la educación que reciben en los centros escolares.
3.- El papá y la mamá en la casa, y los maestros en las escuelas, se encargan de formar a sus descendientes y alumnos. El adiestramiento será el punto de apoyo sobre el cual se va a establecer la futura guía a seguir por los ahora mocitos que en el porvenir serán jóvenes y adultos, ciudadanas y ciudadanos.
4.- El jovencito y la jovencita que asimilaron la enseñanza recibida, de seguro que llegarán a servir de modelo a sus conciudadanos en el correcto proceder cívico y ciudadano.
5.- La coyuntura por la que está atravesando la humanidad, es de mucha significación para enseñar a la niñez en general, y a la dominicana en particular, a que aprenda de la realidad para que se identifique con las causas justas, sin tomar en consideración en favor del país o sector social que extienda la mano de auxilio.
6.- En los últimos años ha faltado en la conformación de los dominicanos y las dominicanas el trato a dispensar a los demás, lo que evidencia el pobre sentido de la solidaridad y correspondencia que debe acompañar a la persona en el sano proceder.
7.- Es adecuada la ocasión para enviarles a los niños y a las niñas del país, la recomendación de que el ser humano debe actuar apegado a su convencimiento; que sus acciones deben responder a convicciones, y no a la piedad hija de las circunstancias. Ahora es el momento para que llegue el mensaje de que la sensiblería tiene tinte oportunista, politiquero, muy cursi y puro repipi.
II.- En esta época de la COVID-19, buena formación para la niñez
8.- Para que sirva de ejemplo a la niñez del país, debemos practicar la ayuda moral o material, social o colectiva, demostrando ser solidarios ante quien precisa de ella. Saquemos del ambiente el egoísmo, el individualismo y la indiferencia que dañan a los demás porque son acciones que demuestran sentimientos mezquinos.
9.- Esa lacra que es el odio lacera el alma de quien la padece. Al niño o a la niña del país, padres y maestros, están en el deber de enseñarles que nunca, jamás, en ningún momento deben pensar en tirria contra ser humano alguno, porque el que anida desamor es porque tiene su mente ocupada con resentimientos que quitan la paz espiritual y su poseedor se hace merecedor de lástima.
10.- Hay que aprovechar por todos los medios la presencia no deseada de la COVID-19, para educar a los descendientes en la casa, para bien orientarles diciéndoles que es conveniente querer a las personas, cultivar afectos; que se empeñen por relacionarse con inclinación a la sincera querencia que lleva a la mutua comprensión y grata simpatía. La abierta afición no permite que llegue fastidio ni malquerencia.
11.- La fatídica pandemia no debe servirnos solamente para mantenernos sobresaltados, lamentandolas muertes y el sufrimiento por los contaminados. La funesta COVID-19, nos ha de impulsar a que memoricemos que estamos comprometidos a transmitirles a la niñez y juventud dominicana que se impone sacar del ambiente nacional la cultura de la malevolencia, injuriar y corromper.
12.- De la misma forma que en la casa y en la escuela adoctrinamos a la niñez y a los alumnos, el trabajo manual o intelectual sirve como pauta para que los integrantes de la comunidad se motiven a la laboriosidad y aporten al desarrollo de la sociedad de la que forman parte.
III.- En el período de la COVID-19, orientar a la niñez para el éxito
13.- Debemos actuar con la convicción de que creemos en la potencialidad del pueblo dominicano, que está integrado por mujeres y hombres curtidos en la idea de avanzar sin importar los obstáculos en el camino. La COVID-19, no debe representar una traba para enseñarles a las niñasy a los niños del país, que hay que confiar en crecer trabajando; impulsar los cambios con el deseo de progresar. Lo que impone el momento es orientar a los jóvenes del futuro de que hay que avanzar, evolucionar, tomar vuelo e ir adelante.
14.- Los mejores ciudadanos y ciudadanas del país, sin importar la situación creada por la COVID-19, están comprometidos para ser ejemplo de las niñas y los niños de hoy, que en el mañana van a ser los ejecutores del progreso; llevarán a cabo las grandes realizaciones; pondrán en práctica sus ideas renovadoras y van a producir con sus esfuerzos para que alcancemos el avance que necesitamos y merecemos.
15.- Lo que manda el momento, no importa que la COVID-19 esté de por medio, es que lo mejor de nuestro pueblo confíe en el buen ánimo que siempre le acompaña para salir adelante, y más ahora conviene mandarle a las niñas y a los niños del país la orientación de que estudien y se preparen para que motivados se mantengan entusiasmados confiando en su esfuerzo.
16.- A la niñez hay que formarla para que confíe y luche para ser exitosa, triunfadora y lista siempre para abrirse paso. Educarla para que nunca crea en la derrota, no perder ni fallar. Formarla con la convicción de que debe ser optimista por entero; siempre idealista y actuar con espíritu apoteósico. Jamás ser pesimista, derrotista ni de lamentos.
17- Se impone motivar a los descendientes para que permanezcan contentos y rebosados de alegría; jubilosos y cargados de felicidad en todo momento. Nunca, jamás permitir ser dominados por pena, desánimo ni tribulaciones; nada de estar melancólicos, taciturnos, compungidos ni apesadumbrados.
18- Es bueno orientar a ese ser humano diminuto y frágil, que esla infancia y querida pequeñez de hoy, que esa maldición que es la COVID-19, solo deben recordarla como un feo episodio en el curso de su vida, pero que de ninguna manera marchite ni desluzca lo bonita que ha sido su etapa de nene, bebé o párvulo.
19.- A esa generación de pequeñitos y pequeñitas de ahora, hay que tratar de que se desarrollen como mujeres y hombres tranquilos; de pensamiento libre; sin nada que les perturbe. Hacerles comprender que deben permanecer serenos y que nada les afecte el juicio y les haga perder la razón.
20- La angustia que nos ha traído la COVID.-19, a padres y abuelos, no debemos dejarla sentir en los niños y las niñas, para que estos no arrastren desasosiego, inquietud ni alucinación de ninguna clase. Si permitimos que la niñez piense en zozobra, se va a fijar en su mente temor, miedo, intranquilidad y permanente delirio.
IV.- Aunque hoy nos afectala COVID-19, debemos pensar en un mundo nuevo y humano
21.- El momento de dificultad que estamos viviendo como consecuencia de la COVID-19, manda a los nuestros a sacar lo mejor de sí como seres humanos civilizados, poniendo por delante la comprensión; ser tolerantes, llevando a la práctica la condescendencia, olvidarnos de los resabios y de ser buscadores de desavenencias.
22.- La época es ideal para comenzar a sacar de la conciencia de los nuestros la palabra odio, que no debe continuar ocupando un espacio en nuestro cerebro y corazón, porque las taras mentales lesionan a quienes las guardan. Cambiar la repugnancia por cariño entraña que el odiador se haga humano y deje de ser infeliz.
23.- Al olvidar lo feo y dolorosos momentos que hoy pasa la humanidad por la COVID-19, estamos en la obligación de despojarnos de las pequeñeces que nos hacen ver como hombres y mujeres cavernosos, y no como lo que somos, seres brillantes apegados a los cambios que manda la civilización propia de la época.
24.- No hay tiempo que perder. La COVID-19, llegó a fastidiarnos, pero debemos sobreponernos a ella y recobrar el buen humor; reanimarnos y ponernos en tensión para con dinamismo continuar ejecutando los proyectos que habíamos diseñado y ahora suspendidospor la pandemia. Demostremos que somos animosos, pujantes y entusiastas a la hora de vencer las adversidades.
25.- La COVID-19, ha venido a entristecernos y crearnos incertidumbre, pero no ha logrado abatirnos, derribarnos anímicamente y mucho menos aniquilar nuestra firme voluntad de salir hacia delante. Estamos formados para la brega; en los afanes para triunfar en buena lid, y jamás voltear la cara para ver cosas desagradables, ni prestar atención a los lanzadores de malas pullas.
26.- Sin importar cómo quedará nuestro país luego de la COVID-19, no podemos comportarnos atolondrados, entregados, sin saber qué hacer en el futuro. Aunque en nuestro medio está presente el sujeto contraindicado para lo que es progreso y nobleza, porque está educado para dañar, pero él no representa la mayoría de la población dominicana. Hay que confiar que la generalidad de los nuestros son personas de buena pasta, decididas para lo que sea provechoso al ser humano.
27.- Lo que importa en las situaciones difíciles, como las creadas por la COVID-19, es que cada país cuente con el munícipe de buen corazón, de gran concepto del deber y compasivo. No estamos para contar con aquellos que quieren vivir como si tal cosa, a la chita, tranquilamente, como que aquí no ha pasado nada.
28.- No debemos dejarnos caer por el pánico creado por la COVID-19. La ocasión es para confiar en sí mismo, tener credulidad; nada de desconfianza; firme voluntad para triunfar con total aplomo; más y más aliento, mucho empuje y demostrar absoluta suficiencia.
29.- Las dominicanas y los dominicanos que creemos en que es posible construir un mundo nuevo y humano, estamos comprometidos a convertirnos en fuerzas motrices obligadas a movernos para empujar. Echar del medio social dominicano a todos aquellos que nos hacen ver como una caterva de resentidos, para reducirnos a la nada y quitarnos el mérito de ser triunfadores que se caracterizan por aportar con sus brazos e intelecto.
.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario