Por: Ramón Antonio Veras.
I.- El COVID-19 y las dificultades que crea.
1.- Las personas toman en cuenta lo que les causa
dificultad y viene a romperles su tranquilidad. Nadie desea permanecer con
inconvenientes que se les presentan a hacerle la contra y poniéndole
impedimentos a sus proyectos.
2.- Lo que nos estorba la vida no lo queremos a nuestro
lado y procuramos por la vía que sea que desaparezca por completo. No estamos
formados para ser tolerantes con quien viene a enredarnos dizque para que le
encontremos la quinta para al gato. El que enmaraña siempre quiere joder a los
demás poniéndosela en China.
3.- En la actualidad, los dominicanos y las dominicanas
estamos viviendo un período, si no escabroso, el más confuso por lo
imperceptible que es lo que nos agrede, permaneciendo en condición de
desconcierto, turbados de ánimo, en sí lo que está en nuestro medio es algo
ininteligible con el membrete de COVID-19.
4.- Pero, por muy espinoso que se nos presente el
COVID-19, no nos debe llevar a verlo como algo imposible de analizar sus
efectos devastadores. Aunque las ejecuciones del virus son sumamente dañinas y
endiabladas, sus complejidades jamás van a impedir descifrarlas.
5.- Lo que el COVID-19 traiga y deje como muy
dificultoso, estamos en el deber de hacerlo fácil. A lo afanoso hay que
convertirlo en sencillo. No importa lo erizado que se presente, lo vamos a
convertir en comprensible. Hay que demostrar que estamos hechos para enfrentar
las realidades que vengan, sea de la naturaleza o enviada por cerebros humanos.
6.- Lo enrevesado del COVID-19 y sus daños, de seguro que
serán descifrados por mujeres y hombres decididos, con la suficiente firmeza y
confianza para poner en claro las cuestiones oscuras que la pandemia deje
en su diabólico paso por el mundo.
7.- El revoltijo de asuntos que van a quedar sobre la
tierra cuando el COVID-19 sea vencido por la ciencia o por el tiempo,
necesariamente deben ser enfrentados y solucionados, sin importar los
intrincados que resulten. La inteligencia, la decisión de vencer y los buenos
resultados esperados se van a combinar para convertirlos en victoria.
II.- Luego del COVID-19 nada será igual. Cambios
necesarios.
8.- Es cuestión de empecinarse para alcanzar objetivos,
sin tomar en consideración los tropiezos. Nada de transigir ante los retos que
deje el COVID-19. Es cuestión de decidirse para en recordación de las víctimas
levantar lo fructífero, útil y altamente beneficioso para humanidad.
9.- Todos los seres humanos que logren permanecer con
vida después del COVID-19, quedarán comprometidos a construir un nuevo orden
social y económico que haga la existencia menos pesada en lo material y
espiritual. Los sobrevivientes de esta pandemia, y sean sensibles, quedarán
marcados con el sello en su mente de tantos muertos.
10.- Nadie puede hacer cálculos alegres y pensar que
luego del COVID-19, el mundo será igual. Cada quien con sano juicio debe saber
que nada puede ser idéntico a como antes, luego del sacudión que se ha
producido como un aldabonazo, algo así como una clarinada.
11.- La alteración de la situación actual, ha de
producirse por encima de aquellas voluntades e intereses que se manifiestan
adversos hasta a los cambios climáticos. El cambio estará a la orden del día
porque la innovación será inexorable, como si fuera un giro hace tiempo
esperado.
12.- Luego de la tragedia que ha sido el COVID-19 para la
humanidad entera, lo menos a que debemos aspirar es a que se produzca una
metamorfosis para que la especie humana sienta en el fondo de su alma que
después del COVID-19 llegará lo que puede traer un giro copernicano.
13.- De la situación actual hay que pensar, como que es
un modo de vida pesaroso, en el que sufrimos a la espera de otro que dé
alegría; o sea, la mudanza de este infierno que nos ha correspondido pasar;
vamos a construir la felicidad. Lo que de seguro no aceptaremos es la
continuidad del ambiente donde vino el COVID-19 a matar gente con total
impunidad.
14.- Convertir el presente de infelicidad por un futuro
acogedor, es como mudarnos de la escasez a la abundancia que el pueblo
necesita y merece. Es vital para la gran mayoría de los dominicanos y las
dominicanas modificar por completo la estructura de la base económica de esta
sociedad, reestructuración que no requiere plazo alguno; que debe ser como la
consecuencia del paso del COVID-19 y las iniquidades que arrastra.
15.- El medio donde hoy vivimos es ideal para el COVID-19
aguijonear a su capricho. Allí donde la mayoría de la población es víctima de
desigualdades de oportunidades, una pandemia como la de ahora siembra el dolor
y la muerte.
16.- Sin el mayor esfuerzo, es compresible que nada será
igual luego del COVID-19. Es imposible pensar que lacras sociales como la
pobreza, la mendicidad, la indigencia y las penurias presentes en el seno del
pueblo dominicano quedaron intocables.
17.- El COVID-19 encontró a millones de los nuestros con
muchas carencias, notorias privaciones y cuantas apreturas padece una
comunidad humana. En ningún cerebro sano es posible razonar en el sentido de
que la situación de opresión social se mantendrá.
18.- La realidad de las dificultades sociales no se
pueden esconder; ellas están ahí y se observan como testigos de piedra. De
igual manera, la carencia de lo indispensable para vivir no admite
postergación, y precisamente, la situación de lo que se llama pueblo necesita
solución y para lograrlo tiene que operarse cambios sociales tangibles.
19.- Un modelo económico llega a convertirse en
insoportable para la gran masa de la población, cuando se hace irritante porque
se convierte en una traba para el desarrollo social. El orden que predomina en
nuestro país es irresistible, inaguantable a la luz de los efectos causados por
el COVID-19.
20.- La situación en el medio social nuestro es tan
fastidiosa que la principal forma para prevenir los ataques de muerte del
COVID-19. Es mantenerse en su casa; evitando el contacto físico. Pero ocurre
que la mayoría de la fuerza económicamente activa en el mercado laboral, está
compuesta por mujeres y hombres que trabajan de manera informal. Pero, resulta
imposible mantenerse en su casa protegiéndose del COVID-19 sin disponer de
recursos económicos para subsistir. Es imposible conservarse sin producir para
adquirir lo indispensable para vivir.
21.- El COVID-19 se encuentra entre nosotros, matando e
implantando el terror, a la vez que ha modificado nuestra forma de expresar
cariño, compartir en el hogar; ha alterado las formas de celebrar la Semana
Santa; las audiencias ante los tribunales y hasta como ir a los colmados,
pulperías y supermercados.
22.- Los cambios de modo de proceder, que hemos efectuado
aquí por el COVID-19, una vez termine su misión devastadora en el planeta
tierra, en cada país se han de producir cambios de todo tipo, comenzando por
decir que la crisis económica venidera no la deben pagar los pueblos, que
también están poniendo los muertos.
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