
José Contreras.
Por Marcelo Peralta.
Moca, R.D.- Hoy 2 de mayo del
año 1861 se conmemora un nuevo aniversario del fusilamiento de José Contreras,
José María Rodríguez, José Inocencio Reyes y Cayetano Germosén después de haberse
sublevado junto a un grupo de ciudadanos.
Los apresados en Moca
fueron juzgados por un consejo de guerra militar, que dictó su sentencia el 18
de mayo de 1861.
José Contreras fue un sobresaliente luchador contra la anexión de República Dominicana a España.
A pesar de ese esfuerzo, José Contreras solo ha merecido las designaciones con su nombre de un municipio, en la Provincia presidente Ulises Francisco Espaillat y el de una calle de Santo Domingo.
A José Contreras los historiadores sólo han recogido mitos y leyendas que se repiten en cada nuevo texto publicado y nadie se ha ocupado, siquiera, de rescatar alguna vieja fotografía que debió tener por su condición económica holgada ni a realizar un dibujo que perpetúe su imagen en la memoria colectiva.
Contreras no era ciego, tampoco viejo, ni pobre cuando se embarcó en la empresa de dirigir la toma de la Fortaleza de Moca junto a un grupo de patriotas el memorable 2 de mayo de 1861.
Su nombre completo era José del Carmen Contreras y Alonso, era natural de Montecristi y contaba 35 años de edad cuando asaltó la plaza, según él mismo declaró horas antes de ser fusilado
Era un hombre de valor, íntegro en su pensamiento, que tuvo en cuenta a sus amigos y hasta pensó en las deudas contraídas, como se revela en su testamento.
A los 18 años participó en las campañas militares contra Haití, por lo que alcanzó el grado de coronel, pero no figura ni en las Hojas de Servicio del Ejército Dominicano y los libros que tratan el tema lo que hacen es reiterar la leyenda de que era un viejo, ciego, lo que constituye una falsedad.
Esa fue la razón por la que el Presidente Pedro Santana, artífice de la incorporación a España, actuó con mano fuerte, se presentó al Cibao y dio instrucciones de proceder drásticamente y, aunque hubo solicitud de perdón para los complicados, ordenó el fusilamiento de los cuatro dirigentes por ser estos altos militares.
Eran miembro del Movimiento
el Grito de Moca como se llamó a ese episodio histórico que ha podido ser
reconstruido a partir de testimonios documentales locales e internacionales.
Uno de los informes fue
rendido por el cónsul inglés en el país para entonces, Martín J. Hood, en carta
del 20 de mayo de 1861, informaba a la Cancillería los datos claves del suceso,
dando cuenta de que fue echada abajo la bandera española y reenarbolada la
dominicana.
Señalaba que 30 prisioneros
fueron llevados desde Santiago a Santo Domingo, los cuales pertenecían "a
las clases más altas e influyentes de sus habitantes".
Decenas de personas de las
clases bajas" habrían sido detenidas, según el informe de Hood en que se mencionaba
a Benigno Filomeno de Rojas quien era el presidente del Congreso, y a Pedro
Francisco Bonó.
Fueron apresados como
miembros del Movimiento fue develado fechada el día 1 de mayo de 1861,
publicada por "El español de ambos mundos" y reproducida por el
periódico La Esperanza, de Madrid, el 6 de junio en que su autor señaló que
"en Santiago deberían dar el golpe al mismo tiempo".
De acuerdo a esta misiva,
el día escogido para el levantamiento fue el viernes 3 de mayo, no el jueves 2,
y que la entrega de la plaza de Moca fue requerida el 30 de abril.
Para el 28 de abril, el
ataque a la plaza era conocido, ya que ese día, que fue domingo, las posiciones
defensivas fueron reforzadas.
En ese ocasión el general
Juan Suero, era quien comandaba la plaza de Moca al momento del asalto al
cuartel y la comandancia de armas, en su hoja de servicios fechada en Puerto
Plata el 2 de julio de 1862, es igualmente rico en precisiones, de confirmar
que el 2 de mayo de 1861 fue jueves y que el golpe se daría originalmente el
día 3, suponía que los mocanos no habían actuado solos y que su objetivo era
iniciar una revolución contra el gobierno.
El texto de Suero aporta datos
relevantes de que el ataque comenzó a las 11.00 p.m.; que 800 hombres componían
el grueso de los atacantes, y a la vez confirma la versión del tradicionalista
mocano Elías Jiménez de la muere del comandante del cuartel y coincide con este
en el sentido de que enfrentó a uno de los atacantes, de quien recibió una
herida y al que luego mató.
De acuerdo a Jiménez, el
contrincante de Suero respondía al nombre de Antonio Pasicá, personaje al que
algunos tildan de imaginario, que el testimonio de Suero indudablemente
humaniza.
Las noticias del asalto a
las sedes militares mocanas lo revelaban como una insurrección encabezada por
"los morenos del Paso de Moca", como señalaba la prensa de Madrid.
Los periódicos recogen la información de primera mano detallando que los
negros de Paso de Moca han llevado a algunos autores a concluir
que el 2 de mayo obedeció de manera a una motivación racial y no
patriótica.
Era evitar que España reimplantaría la esclavitud que las autoridades estaban convencidas de que había implicados de mayor
categoría.
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