La mediática es
el arma más mortífera que utiliza el imperio contra Venezuela, porque se encarga de mantener confundida a la
opinión pública internacional, sembrando la idea de que la crisis venezolana es causada por la ineficacia del chavismo, y no por las sanciones
impuestas desde Estados Unidos.
He querido compartir el escrito elaborado por los
doctores Jeffrey Sanchs, profesor de
las Universidades de Columbia y Harvard, y Mark Weisbrot, director del Centro
de Investigación en Economía Política, en el cual hacen un análisis de las
razones que motivan el deterioro
económico y social que hoy padece Venezuela.
Sanciones
económicas como castigo colectivo: El caso de Venezuela.
Introducción
1.- El presidente Trump emitió la orden ejecutiva
13808 el 25 de agosto de 2017, imponiendo extensas sanciones económicas a
Venezuela. Las sanciones fueron descritas por muchos analistas como un
instrumento de presión sobre el Gobierno. En ese momento, se describió la
presión como necesaria para alentar al Gobierno de Venezuela a respetar los
derechos humanos. Sin embargo, las amenazas de una acción militar del propio
presidente Trump indicaron que el objetivo real de la Casa Blanca era un cambio
de régimen.
2.- Pronto se
hizo evidente que las sanciones impuestas por esta orden ejecutiva —así como
otras medidas adoptadas por la presidencia de Trump— tendrían la mayor parte de
su impacto no en el Gobierno, sino en la población venezolana en general. El
impacto de las sanciones redujo su ingesta calórica, aumentó las enfermedades y
la mortalidad tanto para adultos como para menores y desplazó a millones de
venezolanos que huyeron del país como resultado del empeoramiento de la depresión
económica y la hiperinflación. Las sanciones agudizaron las pérdidas económicas
e hicieron casi imposible estabilizar la economía, lo que contribuyó aún más a
un mayor número de muertes. Todos estos impactos perjudicaron mayoritariamente
a los venezolanos más pobres y más vulnerables.
3.- Las sanciones aún más severas y destructivas
fueron establecidas por la orden ejecutiva 13857 del 28 de enero de 2019 y las
órdenes ejecutivas subsiguientes en el mismo año; y el reconocimiento de un
Gobierno paralelo, que creó un nuevo conjunto de sanciones financieras y
comerciales que son aún más devastadoras que las propias órdenes ejecutivas.
Las declaraciones del Ejecutivo estadounidense indicaron que el propósito de
las sanciones era provocar una rebelión militar para derrocar al Gobierno. El
presente estudio examina estas sanciones económicas y su impacto en la economía
y la población venezolanas, incluidos los sectores más vulnerables.
4.- Hallamos que las sanciones han infligido y
continúan infligiendo, un daño muy grave a la vida y la salud de las personas,
lo que incluye un cálculo estimado de 40 000 muertes de 2017 a 2018; y que
estas sanciones encajarían en la definición de castigo colectivo de la
población civil, tal como se describe en las convenciones internacionales de
Ginebra y La Haya, de las cuales Estados Unidos es signatario. Estas sanciones
también son ilegales según el derecho internacional y los tratados que ha
firmado EEUU, y parecería ser que también violan la legislación estadounidense.
I.-
Las sanciones de agosto de 2017.
5.- Cuando en agosto de 2017 el Gobierno de Trump
emitió su orden ejecutiva imponiendo amplias sanciones financieras a Venezuela,
la economía ya había estado en recesión durante más de tres años. Aunque no ha
habido datos oficiales de Venezuela para estos indicadores desde 2015, las
mejores estimaciones disponibles señalaron que el PIB real había disminuido en
un 24.3% desde 2014 hasta 2016, y la inflación de precios al consumidor de
enero a agosto de 2017 estuvo probablemente entre 758 y 1350% a una tasa anual.
6.- Las sanciones de agosto de 2017 prohibieron al
Gobierno venezolano pedir préstamos en los mercados financieros
estadounidenses. Esto tuvo una serie de consecuencias inmediatas. Primero,
evitó que el Gobierno pudiera reestructurar su deuda externa, ya que cualquier
reestructuración de deuda requiere la emisión de nuevos bonos a cambio de la
deuda existente. Si bien técnicamente las sanciones de agosto de 2017 solo
afectaban a las transacciones que tuvieran contacto con el sistema financiero
de Estados Unidos, en la práctica también afectaron a las que estaban fuera del
sistema financiero estadounidense porque; 1) la reestructuración se negocia con
grupos de tenedores de bonos, los cuales invariablemente incluirían a los
tenedores de bonos de Estados Unidos; 2) las instituciones financieras fuera
del sistema financiero de EEUU tenían buenas razones para temer que hubiera más
sanciones que los afectaran y, de hecho, esto sucedió en un año y medio
después.
7.- Antes de
las sanciones de agosto de 2017, la deuda que estaba por reestructurarse era la
deuda de la empresa petrolera estatal, PDVSA. La deuda soberana del Gobierno no
se pudo reestructurar después de que la oposición ganara la mayoría de la
Asamblea Nacional en 2015. Esto se debió a que los líderes de la oposición en
la Asamblea Nacional declararon que no aprobarían ningún nuevo préstamo externo
para el Gobierno. Sin esta aprobación, la legalidad de los nuevos bonos del
Gobierno derivados de una reestructuración sería cuestionable, de acuerdo a la
ley venezolana; de hecho, la oposición se comprometió a no pagarlos si llegaban
al poder. Bajo esas circunstancias, una reestructuración de la deuda del
Gobierno era imposible en aquel momento.
8.- No obstante, la deuda de PDVSA en ese momento
llegaba a aproximadamente $30 mil millones, de los cuales $7.1 mil millones era
el principal de la deuda y los intereses vencían en los próximos dos años. Gran
parte de este servicio de la deuda podría haberse pospuesto con la
reestructuración de la deuda de PDVSA que se estaba negociando antes de las
sanciones de agosto de 2017. Estas sanciones también prohibieron a CITGO
—afiliado a PDVSA y que tiene unas 5 500 estaciones de servicio de gasolina en
EEUU— repatriar sus ganancias a Venezuela. Desde 2015 hasta 2017, CITGO generó
aproximadamente $2.5 mil millones en beneficios para PDVSA.
9.- Pero lo que fue incluso más devastador para la
economía y la población es que las sanciones de agosto de 2017 diezmaron la
producción de petróleo en Venezuela. La producción de Venezuela y Colombia
disminuyó aproximadamente al mismo ritmo desde principios de 2016, luego de una
fuerte caída en los precios del petróleo. Pero tras la orden ejecutiva de
agosto de 2017, la producción de petróleo se desplomó, cayendo en más del
triple de la tasa de los veinte meses anteriores. Esto sería consecuencia de la
pérdida de crédito y, por lo tanto, de la incapacidad de costear el
mantenimiento y las operaciones, así como realizar las nuevas inversiones
necesarias para mantener los niveles de producción. Esta aceleración en la tasa
de disminución de la producción de petróleo implicaría una pérdida de $6 mil
millones en ingresos petroleros para el año siguiente.
10.- Esto en sí mismo es una enorme pérdida de
divisas, sobre todo teniendo en cuenta la necesidad del país de importaciones
esenciales. El monto de las importaciones de alimentos y medicinas para 2018
fue de solo $2.6 mil millones. El monto de las importaciones totales de bienes
para 2018 fue de alrededor de $10 mil millones.
11.- La
producción anual de petróleo disminuyó en un 30.1% en 2018, en comparación con
un 11.5% en 20178. La diferencia en esta
tasa de disminución implica una pérdida de aproximadamente $8.4 mil millones en
divisas que se necesitaban cada vez más para importaciones esenciales como
medicamentos y alimentos.
12.- Es importante recalcar que casi la totalidad de
las divisas que se necesitan para importar medicamentos, alimentos, equipos
médicos, repuestos y equipos necesarios para la generación de electricidad,
sistemas de agua o transporte, son recibidos por la economía venezolana a
través de los ingresos del Gobierno de la exportación de petróleo. Por ende,
las sanciones que reducen las ganancias del Gobierno y, por lo tanto, los
ingresos del Gobierno, reducen así las importaciones de estos bienes esenciales
que en muchos casos salvan vidas.
13.- Es muy
probable que la pérdida de tantos miles de millones de dólares en divisas y la
pérdida en ingresos del Gobierno constituyeran el principal empujón que llevó a
la economía a pasar de su alta inflación, cuando se implementaron las sanciones
en agosto de 2017, a la hiperinflación. Es común en la historia de las
hiperinflaciones que se desencadenen por un gran impacto externo a los ingresos
del Gobierno y la balanza de pagos, como sucedió en Venezuela luego de la
implementación de estas sanciones.
14.- El 20 de septiembre de 2017, menos de un mes
después de las sanciones del 25 de agosto, la Red de Ejecución de Delitos
Financieros del Departamento del Tesoro de EEUU emitió un “Aviso a las
instituciones financieras sobre la corrupción política generalizada en
Venezuela”. Declaró que “todas los ministerios y organismos gubernamentales
venezolanos, incluidas las empresas de propiedad del Estado, se muestran
vulnerables a la corrupción y al lavado de dinero”, y recordó a las
instituciones financieras de EEUU sus obligaciones reglamentarias de “tomar
medidas razonadas y previendo los riesgos para identificar y limitar cualquier
exposición que puedan tener a los fondos y a otros activos asociados a la
corrupción venezolana del sector público”.
15.- Francisco Rodríguez, economista jefe de Torino
Capital, sostiene que la advertencia del Departamento del Tesoro de Estados
Unidos puede haber sido incluso más importante que la orden ejecutiva de
agosto, ya que dio lugar al cierre de las cuentas venezolanas en instituciones
financieras, la pérdida de acceso al crédito, así como otras restricciones
financieras que han tenido graves impactos negativos en la producción de
petróleo, así como en la economía.
16.- El ejemplo anterior ilustra cómo un grave daño
económico —con los costos humanos resultantes— puede infligirse sin llamar la
atención del público o los medios de comunicación. Por esta razón, el daño
descrito aquí a partir de las sanciones del Gobierno de Trump en 2017 incluso
subestima significativamente el perjuicio real causado.
II.-
Sanciones en 2019
17.- Ciertamente, este ha sido el caso de la serie de
órdenes ejecutivas que comenzaron el 28 de enero, a las que le siguió el
reconocimiento de Juan Guaidó como “presidente interino” de Venezuela por parte
de Trump y de sus aliados. En este apartado debemos incluir no solo las
sanciones que fueron explícitamente dictadas por estas órdenes ejecutivas, sino
también las sanciones que fueron implícitas y activadas a causa del
reconocimiento de un Gobierno paralelo; y sanciones adicionales resultantes de
declaraciones, amenazas o acciones adicionales del Poder Ejecutivo de Estados
Unidos.
18.- Si observamos el impacto que tiene la combinación
de todas estas acciones, descubrimos que redujeron drásticamente la capacidad
de Venezuela para producir y vender petróleo y para vender cualquier activo
extranjero del Gobierno, el más importante de los cuales fue congelado y/o
confiscado; y también para usar cualquier moneda extranjera, que el país
todavía pueda recibir como ingreso, para comprar importaciones esenciales. Por
estas razones, una proyección de referencia del PIB real de Venezuela muestra
una disminución asombrosa y sin precedentes de 37.4% en 2019, en comparación
con 16.7% en 2018. Se estima que las importaciones de bienes caerán en 39.4%,
de $10 mil millones a $6.1 mil millones. Se espera que más de 1.9 millones de
personas abandonen el país, y se espera que los impactos en la vida y la salud
humana sean aún más graves que lo ocurrido el año pasado.
19.- El impacto más inmediato de las sanciones de
enero fue cortar a Venezuela de su mercado de petróleo más grande, Estados
Unidos, que había comprado el 35.6% de las exportaciones de petróleo de
Venezuela en 2018, o unos 586 000 barriles en promedio por día. En la semana
del 15 de marzo, las importaciones de petróleo venezolano cayeron a cero por
primera vez, y permanecieron allí durante otras dos semanas antes de que
hubiera un repunte por una semana a 139 000 barriles por día, y luego 71 000
barriles por día.
20.- El
Gobierno de Trump también intervino para presionar a otros países, incluyendo a
la India, para que no compraran el petróleo que había sido importado
anteriormente por Estados Unidos. El 28 de marzo, Reuters informó:
Estados Unidos ha instruido a las casas de comercio de
petróleo y refinerías de todo el mundo a que reduzcan aún más sus tratos con
Venezuela o de lo contrario se enfrenten a sanciones; incluso si esos tratos no
estuvieran prohibidos por las sanciones que EEUU había anunciado, dijeron tres
fuentes familiarizadas con el asunto...
La Oficina de Control de Activos Extranjeros del
Departamento del Tesoro de Estados Unidos OFAC, por sus siglas en inglés
anunció a principios de febrero que prohibía el uso de su sistema financiero en
acuerdos petroleros con Venezuela después de abril.
Pero esta misma semana, el Departamento de Estado de
EEUU ha llamado a firmas extranjeras para decirles que el alcance de las
sanciones es más amplio.
Las fuentes dijeron que el Departamento de Estado dejó
claro que cualquier tipo de comercio con petróleo, ya sea directo, indirecto o
de trueque, se consideraría una violación.
21.- Es importante tener en cuenta que estas amenazas
son efectivas porque el Gobierno de Estados Unidos puede sancionar a las
instituciones financieras extranjeras que desobedezcan sus instrucciones. Así,
en febrero incluso Gazprom, que es propiedad mayoritaria del Gobierno ruso,
congeló las cuentas de PDVSA y cortó las transacciones con la compañía, como
respuesta a las amenazas de sanciones de la Casa Blanca. Reuters también notó
que “Washington está particularmente interesado en parar los envíos de gasolina
y productos refinados que se utilizan para diluir el crudo pesado de Venezuela
y para que así sea adecuado para la exportación”. Esto podría afectar otros 300
000 barriles por día de la producción petrolera venezolana.
22.- Como resultado de estas acciones, el petróleo que
Venezuela estaba produciendo se amontonó, abarrotando las instalaciones de
almacenamiento y luego los buques petroleros. La falta resultante de mercados y
de espacio disponible para almacenar petróleo parece ser la causa principal de
una fuerte caída en la producción de petróleo en febrero. La producción de
petróleo de Venezuela disminuyó en 130 000 barriles por día de enero a febrero.
En los seis meses anteriores, estaba disminuyendo a un promedio de 20 500
barriles por día. Luego, en marzo, cayó otros 289 000 barriles por día, para
alcanzar un total de 431 000 barriles por día.
23.- Si esta caída se mantuviese durante el próximo
año, recortaría otros $6.8 mil millones de la ganancia en divisas disponible de
Venezuela. Esto es aproximadamente el 21% de los ingresos por exportaciones de
2018. Sin embargo, Rodríguez proyecta que, como resultado del impacto de las
sanciones más estrictas, las exportaciones de petróleo en 2019 caerán de forma
catastrófica y sin precedentes en 67.2% a partir de 2018.
24.- Las sanciones de enero incluyeron a PDVSA en la
lista de Nacionales Especialmente Designados SDN, por sus siglas en inglés y
Nacionales Bloqueados de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del
Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Esto congeló los activos
estadounidenses de PDVSA y prohibió a los estadounidenses hacer negocios con la
empresa. Con el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino, el
Gobierno de EEUU impidió que Venezuela accediera a CITGO, lo que le restó
aproximadamente $5.2 mil millones en activos netos al Gobierno de
Venezuela. La mayor parte de las
reservas extranjeras de $9 mil millones del Gobierno son en forma de oro; las
sanciones hacen que sea muy difícil vender este oro.
25.- El 10 de
abril, Bloomberg informó que el FMI había suspendido el acceso del Gobierno
venezolano a otra fuente de liquidez: a casi $400 millones en derechos
especiales de giro DR, por sus siglas en inglés. El FMI citaba “el caos
político desde que el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, afirmó
en enero que era el legítimo líder de la nación”.
26.- Otros activos extranjeros venezolanos han sido
confiscados por gobiernos estrechamente aliados a los EEUU, incluidos $1.2 mil
millones en oro que se tenían en el Banco de Inglaterra y una empresa de
fertilizantes en Colombia, Monómeros, valorada en $269 millones. El Gobierno
también tiene alrededor de $6.5 mil millones en créditos comerciales,
provenientes de acuerdos de cooperación energética, que podrían ser
comercializables en un estimado de $3.4 mil millones, a fin de obtener efectivo
para importaciones esenciales. Sin
embargo, tales ventas de activos también están excluidas en su mayoría debido a
las sanciones de Estados Unidos. En algunos casos, también habrían sido
aparentemente bloqueados algunos pagos con importantes montos provenientes de
países que participaron en el programa Petrocaribe de Venezuela, por ejemplo,
un reciente intento de pago de Jamaica por $115 millones.
27.- En el otro lado de la ecuación —la compra de
importaciones— el Gobierno de Trump ha asestado un grave golpe a la salud
pública y la seguridad de la población al incapacitar los medios de pago de
Venezuela para las importaciones que puede comprar con el flujo de efectivo
restante. Por supuesto, esto reduce directamente el acceso de la población a
importaciones esenciales como medicamentos y alimentos. El Ejecutivo de Trump
puede hacer esto a través de varios medios que prohíben o reducen el acceso
tanto del sector público como del privado al sistema internacional de pagos.
28.- Las
instituciones financieras, tanto públicas como privadas, utilizan un sistema de
bancos corresponsales ubicados en otros países para pagar las transacciones
internacionales. Las sanciones de Estados Unidos han eliminado a la Reserva
Federal y a todas las instituciones financieras de Estados Unidos de las
opciones de Venezuela para realizar pagos internacionales. El riesgo de no
cumplir con las sanciones de EEUU ha llevado a que, desde al menos 2017, más y
más bancos corresponsales suspendan estos servicios bancarios de
corresponsalía.
29.- Por
ejemplo, en noviembre de 2017, más de un año antes de las sanciones más severas
aquellas implementadas desde enero de 2019, Venezuela estaba utilizando un
pequeño banco en Puerto Rico como intermediario para procesar los pagos de
alimentos y medicinas. Reuters informó que la institución, Italbank, había
suspendido estos servicios y había cerrado una cuenta con el banco central de
Venezuela debido a las “preocupaciones de que esté en riesgo su reputación”.
30.- Pero después de las sanciones de enero y el
reconocimiento de Guaidó —lo que lo convirtió, según el Gobierno de Trump y
otros Gobiernos que reconocen al Gobierno paralelo, en el propietario legal de
los fondos transferidos o los bienes comprados por el Gobierno venezolano— el
acceso de Venezuela a los bancos corresponsales para transacciones
internacionales fue mayoritariamente eliminado. Esto incluía el acceso a lo
necesario para la importación de medicamentos, alimentos y otros productos
esenciales.
31.- Venezuela también sufrió una severa crisis
eléctrica en marzo. Una estimación de referencia de Rodríguez pronostica que
Venezuela perderá un total del 6.4 por ciento del PIB en 2019 producto de esta
crisis; esto supone apagones mensuales que representan aproximadamente el 35
por ciento de lo que ocurrió en marzo.
Las causas de los apagones no se conocen en su totalidad, aunque existe
evidencia de que un incendio de maleza en las proximidades de las líneas que
transmiten energía desde la represa hidroeléctrica Guri, que suministra el 75
por ciento de la electricidad de Venezuela, contribuyó a la pérdida inicial de
energía. Sin embargo, no hay duda de que las sanciones económicas contribuyeron
sustancialmente a la duración y al daño económico de los cortes de energía.
32.- Por ejemplo, las sanciones han limitado el acceso
de Venezuela al combustible diesel, que es necesario para que puedan operar sus
generadores térmicos de respaldo. Además, el sector eléctrico de Venezuela está
basado en equipos provistos por proveedores internacionales como General
Electric. Las sanciones impidieron que el Gobierno venezolano pague a estas
empresas, aumentando así la dependencia de la energía hidroeléctrica.
III.-
El impacto de las sanciones en la vida humana y la salud
33.- Uno de los resultados de las sanciones es privar
a la economía venezolana de miles de millones de dólares en divisas necesarias
para pagar las importaciones esenciales que salvan vidas. Las sanciones
implementadas en 2019, incluido el reconocimiento de un Gobierno paralelo,
aceleraron esta privación y también aislaron a Venezuela de la mayor parte del
sistema de pagos internacionales, lo que puso fin al acceso del país a estas
importaciones esenciales, incluidas las medicinas y los alimentos, incluso
aquellos que podrían comprarse normalmente si se tuviesen los dólares
disponibles. No hay duda de que todas estas sanciones desde agosto de 2017 han
tenido graves impactos en la vida y la salud de la población.
34.- Si bien es imposible especificar una situación
contrafáctica de qué hubiera pasado si no hubiera sanciones, primero podemos
observar el deterioro de los indicadores de salud incluida la atención en
salud, la capacidad y la infraestructura en salud entre 2017 y 2018. Según la
Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), una encuesta anual sobre las
condiciones de vida administrada por tres universidades venezolanas, hubo un
aumento del 31% en la mortalidad general entre 2017 y 2018. Esto implicaría un
aumento de más de 40 000 muertes. Esto supondría una gran pérdida de vidas
civiles incluso en un conflicto armado, y es prácticamente seguro que las
sanciones económicas de EEUU hicieron una contribución sustancial a estas
muertes.
35.- El porcentaje de muertes debido a las sanciones
es difícil de estimar, ya que la situación contrafáctica es incognoscible, pero
vale la pena señalar que una situación contrafáctica en ausencia de sanciones
podría incluso ser que la mortalidad se hubiera reducido en caso de que la
recuperación económica se hubiese dado.
36.- Dado que se trata de estadísticas anuales, no
tendrían en cuenta el impacto de las sanciones durante los últimos cuatro meses
de 2017. Como se señaló anteriormente, el impacto de las sanciones de agosto de
2017 en el colapso de la producción de petróleo y, por lo tanto, el acceso a
las importaciones fue bastante inmediato, por lo que esperaríamos que parte del
aumento de la mortalidad suceda en 2017.
37.- En 2018, la Federación Farmacéutica de Venezuela
informó que la escasez de medicamentos esenciales era del 85%. Según un estudio
realizado en septiembre de 2018 por CodeVida y Provea, más de 300 000 personas
estaban en riesgo debido a la falta de acceso a medicamentos o tratamiento.
Esto incluye un estimado de 80 000 personas con VIH que no han recibido
tratamiento antirretroviral desde 2017, 16 000 personas que necesitan diálisis,
16 000 personas con cáncer y 4 millones con diabetes e hipertensión que no
pueden obtener insulina o medicina cardiovacular.
38.- Estos números por sí mismos prácticamente
garantizan que las sanciones actuales, que son mucho más severas que las
implementadas antes de este año, son una sentencia de muerte para miles y
probablemente decenas de miles de personas que no pueden salir del país para
encontrar medicamentos en otros lugares. Esto es especialmente cierto si la
caída proyectada del 67% en los ingresos del petróleo se materializa en 2019.
39.- Pero el acelerado colapso económico que las
sanciones actuales han establecido tiene muchos más impactos negativos en la
salud y el aumento de muertes prematuras. Según la Federación Médica de
Venezuela, unos 22 000 médicos —aproximadamente un tercio del total— han
abandonado el país. A medida que la migración se acelera en 2019 debido a las
sanciones más estrictas, más profesionales de la salud, así como otros con
habilidades técnicas necesarias, abandonarán Venezuela.
40.- Según el Informe de la ONU de marzo de 2019
“Venezuela: panorama general de las necesidades humanitarias prioritarias”, las
encuestas de ENCOVI encuentran que, debido a la desnutrición, alrededor del 22%
de los niños menores de cinco años presentan un desarrollo por debajo de lo
normal. Las importaciones de alimentos han disminuido considerablemente junto
con las importaciones generales; en 2018 se estimaron en solo $2.46 mil
millones, en comparación con $11.2 mil millones en 2013. Se puede esperar que
caigan aún más en 2019, junto con una caída en las importaciones en general.
41.- El creciente colapso de los ingresos de
exportación y, por lo tanto, el colapso de las importaciones, también ha creado
problemas masivos de salud pública en los ámbitos de saneamiento y acceso al
agua. El informe más reciente de la ONU señala que “la falta de acceso al agua,
jabón, cloro y otras medidas de higiene inhibe el lavado de manos y el
tratamiento del agua en el hogar” y que “los hogares que no están conectados a
la red de agua están utilizando pozos y aguas superficiales inadecuadamente
tratadas e inseguras”. CodeVida descubrió que para 2018, “79% de los establecimientos
de salud experimentan escasez en el suministro de agua”, mientras que ENCOVI
informa que el 61% de las escuelas “están en comunidades sin acceso diario a
agua potable”. La crisis eléctrica también ha afectado a los hospitales y la
asistencia sanitaria. No se sabe cuántas personas han muerto como resultado de
fallas en el suministro eléctrico en los hospitales, pero durante los apagones
de marzo hubo informes de prensa de muertes por la pérdida de electricidad.
Como se señaló anteriormente, las sanciones contribuyeron sustancialmente a la
duración y al impacto de los apagones.
42.- El informe de la ONU señala que dentro de los
grupos más vulnerables de la crisis acelerada se encuentran los niños y
adolescentes incluidos muchos que ya no pueden asistir a la escuela; personas
en situación de pobreza o pobreza extrema; mujeres embarazadas y lactantes;
personas mayores; pueblos indígenas; personas que necesitan protección; mujeres
y adolescentes en riesgo; personas con discapacidades; y personas que se
identifican como lesbianas, gays, bisexuales, trans o intersexuales.
IV.-
La ilegalidad y la intención de las sanciones económicas unilaterales
43.- Las
sanciones unilaterales impuestas por el Gobierno de Trump son ilegales en
virtud de la Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Hay
muchas disposiciones en la Carta que prohíben estas sanciones, pero entre las
más claras e inequívocas están los artículos 19 y 20 del Capítulo IV:
Artículo 19
Ningún Estado o grupo de Estados tiene derecho de
intervenir, directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los
asuntos internos o externos de cualquier otro. El principio anterior excluye no
solamente la fuerza armada, sino también cualquier otra forma de injerencia o
de tendencia atentatoria de la personalidad del Estado, de los elementos
políticos, económicos y culturales que lo constituyen.
Artículo 20
Ningún Estado podrá aplicar o estimular medidas
coercitivas de carácter económico y político para forzar la voluntad soberana
de otro Estado y obtener de éste ventajas de cualquier naturaleza.
44.- Las sanciones del Gobierno de Trump violan
claramente estos dos artículos de la Carta de la OEA. Con respecto al artículo
19, el Gobierno estadounidense está interfiriendo directamente en los asuntos
internos de Venezuela. Esto es especialmente cierto a la luz de las
declaraciones y acciones de los funcionarios de Washington que indican que su
objetivo es el derrocamiento del Gobierno venezolano. Al hablar sobre la
política de Estados Unidos en Venezuela, incluidas las amenazas militares, el
vicepresidente Mike Pence ha dicho en más de una ocasión “Maduro debe irse”. El
8 de febrero, Reuters informó que Estados Unidos estaba “manteniendo
comunicaciones directas con miembros del Ejército de Venezuela instándolos a
abandonar al presidente Nicolás Maduro, y que también está preparando nuevas
sanciones para aumentar la presión sobre él”, citando a un alto funcionario de
la Casa Blanca.
45.- Quizás aún más sorprendente fue este intercambio
de palabras entre el reportero de Associated Press, Matthew Lee, y el
Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, el 11 de marzo de
2019:
MATTHEW LEE: ¿Está satisfecho con el ritmo del impulso
que se vive con Guaidó y su liderazgo? ...
MIKE POMPEO: Bueno, deseamos que las cosas vayan más
rápido, pero estoy muy seguro de que la marea se está moviendo en la dirección
del pueblo venezolano y continuará haciéndolo. No le toma mucho a usted ver lo
que realmente está sucediendo allí. El círculo se está estrechando, la crisis
humanitaria aumenta cada hora. Hablé con nuestra persona de mayor jerarquía en
el terreno allí en Venezuela anoche, a las 7:00 u 8:00 anoche. Se puede ver el
dolor y el sufrimiento cada vez mayores que están padeciendo los venezolanos.
46.- Si bien el Gobierno de Trump ha mantenido
constantemente que la crisis humanitaria en Venezuela es únicamente el
resultado de las políticas económicas del Gobierno venezolano, este intercambio
cuenta una historia diferente. “El círculo se está estrechando, la crisis
humanitaria aumenta cada hora. ... Se puede ver el dolor y el sufrimiento cada
vez mayores”. Esto parece referirse al impacto de las sanciones, no a algo que
haya ocurrido durante años de fracaso económico. Además, implica que el dolor y
el sufrimiento infligidos a la población civil pueden no ser daños colaterales,
sino en realidad parte de la estrategia para derrocar al Gobierno.
47.- Con
respecto al artículo 20, que prohíbe las “medidas coercitivas de carácter
económico o político” para obtener “ventajas de cualquier naturaleza”, hay
informes que indican dicha intención tanto del presidente Trump como del Asesor
de Seguridad Nacional, John Bolton. En un libro reciente de Andrew McCabe,
exsubdirector del FBI, se cita a Trump diciendo: “Ese es el país con el que
deberíamos estar en guerra. Tienen todo ese petróleo y están justo en nuestra
puerta trasera”.
48.- En enero, Bolton declaró que “estamos en
conversaciones con las principales compañías estadounidenses ahora… Haría una
gran diferencia económica para Estados Unidos si conseguimos que empresas
estadounidenses inviertan y participen en el desarrollo de las capacidades
petroleras de Venezuela”.
49.- Varios eruditos jurídicos han señalado que las
sanciones económicas de este tipo violan el derecho internacional, incluida la
Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional de los derechos
humanos. Parece obvio que sanciones que causan el hambre y la enfermedad
generalizadas, y el aumento de la mortalidad, violarían las leyes de derechos
humanos.
50.- Vale la pena señalar que tanto la Convención de
La Haya como la de Ginebra, de las que Estados Unidos es signatario, prohíben
el castigo colectivo de los civiles. Aunque estos tratados se aplican solo en
tiempos de guerra, los expertos en derechos humanos de la ONU han argumentado
que no tiene sentido que los civiles solo deban tener esta protección en
situaciones de conflicto armado.
51.- Las sanciones también violan la ley de Estados
Unidos. Cada una de las órdenes ejecutivas anunciadas desde marzo de 2015
declara que Estados Unidos sufre una “emergencia nacional” debido a la
situación en Venezuela. La ley de EEUU requiere esta declaración para imponer
tales sanciones, y la emergencia nacional se invoca en el marco de la Ley de
Emergencias Nacionales de 1976. Esta es la misma ley que el presidente Trump
invocó en febrero de 2019 al declarar una emergencia nacional para conseguir
los fondos y construir un muro a lo largo de la frontera con México, burlando
la aprobación del Congreso. Numerosos estados y organizaciones de interés
público han denunciado al Gobierno de Trump por esta maniobra con respecto al
muro fronterizo.
52.- Por
supuesto, es evidente que Venezuela no ha creado ninguna emergencia nacional
para los Estados Unidos. La orden ejecutiva también establece, como lo exige la
ley, que Venezuela presenta “una amenaza inusual y extraordinaria para la
seguridad nacional” de Estados Unidos. Esto tampoco tiene fundamento. No está claro
qué se puede hacer para hacer cumplir la ley con respecto a estas declaraciones
falsas. Los tribunales de EEUU se han mostrado muy reticentes a hacer cumplir
las leyes de manera que entren en conflicto con las decisiones de política
exterior del presidente, incluso cuando parecen violar la Constitución
estadounidense.
V.-
Depresión, hiperinflación y sanciones: Bloqueando la recuperación económica.
53.- Como se
señaló anteriormente, la economía venezolana ya estaba en una profunda recesión
durante tres años cuando se impusieron las sanciones de agosto de 2017, con una
inflación que oscilaba entre 758% y 1 350% a una tasa anual. Los defensores de
las sanciones argumentan que la economía habría continuado colapsando incluso
sin las sanciones que han privado a la economía de miles de millones de dólares
en divisas. Aunque ciertamente no habría colapsado al mismo ritmo. Si bien son
posibles muchas situaciones contrafácticas, vale la pena analizar qué se podría
haber hecho para eliminar la hiperinflación y estabilizar la economía, y cómo
afectan las sanciones a estas opciones, inclusive de aquí para adelante.
54.- La definición clásica de hiperinflación en la
literatura económica es del 50% al mes, o aproximadamente el 13 000%. Ha habido
siete episodios de hiperinflación en América Latina desde la Segunda Guerra
Mundial. En todos estos casos, los gobiernos finalmente adoptaron un programa
para deshacerse de la hiperinflación. La duración media de la hiperinflación
fue de aproximadamente 4 meses.
55.- En una situación
de hiperinflación, las personas pierden cada vez más confianza en la moneda
nacional y no quieren mantenerla. Por lo tanto, en algún momento, la
hiperinflación se convierte en una profecía autocumplida. Sin embargo, la
dinámica que se crea puede hacer posible deshacerse de la hiperinflación más
fácilmente y más rápidamente que una inflación más baja, pero aun así alta.
Esto sucede cuando, como resultado de la hiperinflación, las personas dejan de
mirar los precios en la moneda nacional y, en cambio, buscan la tasa de cambio
de los precios. En ese momento, la estabilización del tipo de cambio puede
estabilizar rápidamente los precios internos. Por ejemplo, en la hiperinflación
boliviana de 1985, la hiperinflación se controló en 10 días. Esta Estabilización
Basada en la Tipo de Cambio (ERBS, por sus siglas en inglés) se realizó creando
un nuevo sistema de tipo de cambio con plena convertibilidad y una flotación
administrada de la moneda. Después de eso, para cambiar las expectativas y
mantener la estabilidad de precios, el Gobierno también tuvo que llevar a cabo
reformas fiscales y monetarias serias.
56.- ¿Podría Venezuela haber adoptado un programa así
en ausencia de las sanciones económicas de Estados Unidos? Ciertamente es
posible. Venezuela no necesariamente habría necesitado ayuda externa para tener
suficientes reservas para crear un nuevo sistema de tipo de cambio. Tampoco
habría habido necesidad de mayor austeridad para estabilizar la balanza de
pagos; en 2016 las importaciones ya habían disminuido en más del 80% desde su
nivel de 2012.
57.- En la medida en que el Gobierno necesitara pedir
prestado —o proporcionar garantías para una reestructuración de la deuda
—Venezuela debería haber podido titulizar una parte de sus 300 mil millones de
barriles de petróleo en el suelo. Con un acceso sin trabas al sistema
financiero internacional, habría un cierto precio —incluso si fuera solo una
pequeña fracción de los precios actuales— a la cual la rentabilidad potencial
equilibraría el riesgo de impago y atraería a los inversores. Estos contratos
son menos difíciles de organizar que en el pasado, ya que la capacidad de los
inversionistas para recopilar criterios y opiniones para tales activos ha
aumentado sustancialmente en los últimos años. Y para un Gobierno que quiere
evitar un colapso económico, valdría la pena vender una fracción de su petróleo
en el suelo a un precio muy bajo, especialmente porque estas reservas son más
de lo que podría esperar exportar en un siglo. Por lo tanto, en ausencia de
sanciones, se esperaría que un Gobierno con estas vastas reservas de petróleo
además de otros minerales tenga la capacidad de evitar este tipo de crisis
económica.
58.- Una vez más, nunca podemos saber cuál habría sido
una situación contrafáctica Pero lo que podemos saber es que las sanciones
hicieron prácticamente imposible tal programa de estabilización.
Inmediatamente, impidieron una reestructuración de la deuda que sería necesaria
para resolver la crisis de la balanza de pagos de Venezuela. Las sanciones
también impidieron que el Gobierno continuara con un programa ERBS porque una
vinculación con el dólar requeriría acceso al sistema financiero basado en
dólares, que las sanciones han reducido tanto como le es posible. La idea de
restaurar la confianza en la moneda nacional mientras se estabiliza el tipo de
cambio parece imposible cuando una potencia extranjera está cortando la mayor
parte de los ingresos en dólares del país, congelando y confiscando activos
internacionales y, como lo ha hecho el Gobierno de Trump durante casi dos años,
prometiendo adoptar muchas más de estas medidas, por no mencionar que amenaza
con tomar una acción militar.
59.- Por lo tanto, uno de los impactos más importantes
de las sanciones, en términos de sus efectos en la vida humana y la salud, es
encerrar a Venezuela en una espiral económica descendente. Por esta razón, es
importante tener en cuenta que cuando observamos, por ejemplo, el estimado de
más de 40 000 muertes ocurridas solo de 2017 a 2018, la posibilidad
contrafáctica en ausencia de sanciones no es solo cero muertes más, sino que en
realidad una reducción de la mortalidad y otras mejoras en los indicadores de
salud. Esto es porque una recuperación económica ya podría haber comenzado en
ausencia de las sanciones económicas.
60.- Y a la
inversa, el número de muertes que se avecina este año, si las sanciones siguen
vigentes, es casi seguro que será mucho más alto que lo que hemos visto
anteriormente, dada la tasa muy acelerada de disminución de la producción de
petróleo y, por lo tanto, la disponibilidad de importaciones esenciales, y
también la disminución acelerada del ingreso por persona.
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