Dajabón, R.D.- Constantes son los incidentes y enfrentamientos que se escenifican entre militares, chofer y cobradores que se dedican a traficar con ilegales desde la frontera dominico-haitiana.
Los cobradores y choferes, confeccionan una especies de carnet que entregan a los ilegales al abordar las unidades para hacerlos pasar como legales ante los militares que prestan servicios en las decenas de controles existentes en la franja fronteriza y Región Noroeste.
Una vez terminada la travesía desde Dajabón hasta el Cruce de Jicomé entre Esperanza, provincia José Desiderio Valverde y el municipio de Navarrete, provincia Santiago los ilegales tienen que devolverle a los mafiosos traficante la identificación.
Con esos mismos carnet que mandan a preparar de manera combinada los choferes y cobradores y al regreso desde Santiago a Dajabón, otros grupos de haitianos son dotados de los mismos a fin de hacer la travesía burlando las buenas intenciones de los militares.
Esta mafia no es nueva y muchas de las autoridades militares y de la Dirección de Migración saben de la misma y en ocasiones se hacen de la vista gorda.
Hace poco, un altercado se registró entre el conductor y cobrador de una guagua de transporte de pasajeros en el que se desplazaban decenas de haitianos ilegales desde Dajabón a Santiago y militares, quienes cumpliendo con su deber de proteger la frontera y defender la Soberanía Nacional intercedieron.
El grupo de ilegales entre hombres y mujeres tenían carnet falsificados, pero el chofer y el cobrador enfrentaron a los militares presionando de que los mismos estaban debidamente documentados.
Debido a la falta de una política migratoria real y efectiva son frecuentes los incidentes verificados entre militares, choferes y cobrador de autobuses, especialmente los que despegan desde Dajabón hacia Santiago.
La álgida situación provocó que los militares se vieran compelidos a desenfundar sus armas; mientras el chofer y el cobrador de forma arrogante insistían en que los mismos estaban de forma legal, acción que a pesar de la persistencia de los traficantes no prosperó.
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