Por Luís
Céspedes Peña
Al procurador general de la República, Jean Alain
Rodríguez, protagonista de un grave enfrentamiento entre la mayoría de
personalidades del país, por sus acusaciones en contra de la magistrada de la
Suprema Corte de Justicia, Miriam Germán, le quedan muy pocas opciones para mantenerse en el cargo.
Está dentro de ese terrible cuestionamiento, debido
a que hasta el día de hoy, el procurador general de la República no probó una
sola de su cadena de acusaciones en perjuicio de la funcionaria, una persona
muy querida por el país.
A diario leemos de asesinatos y golpizas a mujeres,
hechos provocados por hombres celosos, en la mayoría de los casos. También de mujeres que matan a sus compañeros
o son heridos, casi siempre por la misma razón
Pero escuchar a través de la televisión, la radio y
medios digitales las agresiones verbales del procurador general de la República a una dama, como Miriam
Germán, pone a pensar si es que ya talentosos hombres dominicanos perdieron ese
histórico prestigio de ser amable, en la
mayoría de los casos.
La situación del procurador general de la República,
si éste no logra presentar las pruebas de sus lamentables acusaciones, es que
esa agresión se produjo en presencia del Presidente de la República, Danilo
Medina, quien-por los gestos que hacía cada vez que el funcionario atacaba sin
ningún tipo de piedad a la dama- es que el jefe de Estado desconocía esos graves
problemas.
Y si lo desconocía, entonces la destitución del
procurador general de la República está más asegurada, debido a que se supone
que el Presidente de la nación es el más bien informado. Y si el procurador
mantuvo en la ignorancia al supremo, no hay ninguna duda de que eso tendrá un
alto costo político para él.
Pensamos que el Presidente de la República fue
sorprendido por el procurador general de la República, porque no es verdad que
el jefe de Estado, con la humildad que lo caracteriza, iba a permitir tantas
humillaciones en contra de una dama. Aún fuesen ciertas las acusaciones, debido
a que se trata de una dama. Posamos que aún el funcionario tuviera algún tipo
de razón, debió controlar sus emociones.
Al Presidente
Danilo Medina, que dirigía el debate de preguntas para la magistrada Germán,
que aspira a seguir en el cargo, como a otros, la única solución que le dejó el
funcionario judicial, es que tome un lapicero para firmar su destitución. ¡Fue
un acto deprimente!
Aún así, el jefe de Estado lo hizo bien al permitir
que el procurador hiciera sus lamentables cadenas de acusaciones, porque si lo
impedía, se le podría haber acusado de querer ocultar pruebas de hechos, como
los citados por Alain Rodríguez, que la magistrada Miriam Germán desmintió en
el acto. ¡Y, hasta los que escuchaban por los medios de comunicaciones
desmentían al procurador!
De todas maneras, le corresponde al funcionario
judicial probar todo lo que dijo. Aún, si tuviera razón, ese no era el
escenario para ese espectáculo.
Para la mayoría de ciudadanos, el procurador general
de la República perdió su amabilidad para tratar de destruir la imagen de una
dama que el pueblo aprecia. Escribiendo en primera persona, debo admitir que no
pude terminar de escuchar los interrogatorios insultantes contra la
funcionaria, porque me vi en la necesidad de apegar el televisión. ¡Fue para
mí, un acto de impotencia!
La gravedad de este caso es que se originó en
presencia del Presidente Danilo Medina. El Presidente Medina no debe cargar con
esa responsabilidad. ¡Sólo esa acción y la Ley de Tránsito, que cada multa
costará 10 mil pesos, podrán inhabilitar al gobernante para continuar en el
poder.
¡Tiene todo a su favor, menos el desastre cometido por el procurador
general de la República y la Ley de Tránsito, que entrará próximamente en
vigencia.
Esa legislación es inoportuna para el Presidente
Medina en los actuales momentos. Esa Ley de Tránsito debe ser dejada sin
efecto, porque acabará con todo el
proyecto de desarrollo nacional que implementa el gobernante. Con esa Ley, al
gobierno le entrará mucho dinero, pero hasta sus partidarios “podrían abandonar
el barco, que navega a toda velocidad, pero que podría zozobrar”.
En lo referente a procurador, muchas personas ahora
cuestionan la veracidad de las acusaciones en contra de varios de los
implicados en el caso Odebrechet. En
ambos casos, el Presidente Medina debe actuar, aunque sería mejor la renuncia
del funcionario.
¡Gracias por leernos!.
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