Mujer longeva, reproductora de la humanidad, legado de vida, permanencia, perseverante, altruista y de buena salud.
Por Onelio Domínguez y Marcelo Peralta
Castañuelas, Montecristi, R.D.- Doña Edilia-Lila- Rubens, es “guerrera famosa” que las fértiles tierras de la Cordillera Central en la provincia Santiago Rodríguez proporcionó bendiciones, salud, larga vida, prosperidad y estela de “secretos” en tener salud plena y rehúsa consumir carne de pollo.
Decidir el rechazo a comer pollos ha sido de bienestar físico y mental.
La cachimba lo llevará en el ataúd.
La “cachimbo”, fabricado en Persa en el siglo VXI es su compañera “inseparable”.
Este instrumento tradicional utilizada para fumar tabaco de andullo.
En el ataúd cuando muera.
“Solo lo dejaría si Dios o mi médico me lo pidieran, porque lo mantendré hasta que muera, quiero que mis hijos y nietos coloquen dos fósforos en el ataúd, para llevarlo conmigo a la eternidad”, expresa con una sonrisa.
Nacimiento.
Nació el 19 de enero de 1919 en La Luisa, municipio Villa los Almácigos, provincia Santiago Rodríguez, enclavada en la agreste región Noroeste.
Mujer de vida plena, trajo al mundo 20 hijos que han dado 31 nietos; 58 biznietos; 13 tataranietos y faltó mencionar si tiene chornos.
Curiosidad.
19 de sus hijos nacieron en su casa y uno solo en el Hospital general Santiago Rodríguez en el municipio Sabaneta.
Mujer feliz
“Me siento rica y poderosa, porque mis hijos, nietos y biznietos me adoran, me lo han demostrado”, testifica doña Lila en el barrio Rincón Caliente, municipio de Castañuelas, provincia Montecristi.
Óbice
Sus 105 años, no ha sido óbice para conservar mente lúcida; memoriza el transcurrir de su vida; conoce a descendientes y se enorgullece de su familia.
Arduo rol en la vida
Recuerda con nostalgia su infancia; el arduo trabajo que realizó desde muy joven, con 13 años trabajaba en el hogar y labores agrícolas.
“Amarré empalizadas para proteger animales: desyerbé en el conuco para sembrar yuca, batata, maíz; pelé, guayé yuca, quemé cazabe en el burén; amarré hojas de tabaco y cultivé arroz”, relata con orgullo sobre su dedicación ayudar a la familia en tiempos difíciles.
Emigró desde La Luisa a Castañuelas.
Llega a Castañuelas, pueblo que tenía pocos habitantes por ser comunidad pequeña y algunas familias con situación crítica y difíciles, tenía como medios de ingresos a la agricultura y negocios.
Las familias en Castañuelas eran dueñas de los principales negocios; “aquellos de pocos recursos hacían labores agrícolas”, recuerda “Mamá Lila” llamada por sus nietos.
Luchadora y esforzada
Doña Lila es persistente, perseverante y de sus luchas ha sido con una de sus hijas, quien ha intentado imponer “dieta”.
Ha su edad se opone a comer carne de pollo.
Insiste en obviar comer carne de pollo para cuidar su salud.
La más longeva
Doña Lila Rubén ha sido una madre ejemplar con vivencia llena de sacrificios y amor.
Curiosidad y abnegación
De los 20 hijos que trajo al mundo, 11 fueron criados por ella; 6 sobreviven y ahora cuidan de su bienestar.
Hijos
Están Marina, Perdicido, Nereida, Altagracia, Antonio Miguel, Olga, Domingo, María Antonia y Andrés Rubén, quienes han crecido para convertirse en hombres y mujeres de bien.
Edilia Rubens madre de Emilia-Lila- Rubens.
Desde su juventud, Edilia Rubén, madre de Lila, se dedicó al arduo trabajo del campos agrícolas de Castañuelas.
Su esfuerzo constante se debió a la difícil situación económica que enfrentaba el país, lo que la llevó, unida a su esposo, a trabajar incansablemente para mantener a su familia.
Historia de Lila
Hoy, a sus 105 años, Lila vive tranquila, disfrutando del amor, cariño de sus hijos, nietos y bisnietos.
“No me arrepiento del trabajo que pasé para mantener a mis hijos, ya que han sido gente de bien. Cada uno de mis nietos y bisnietos son personas buenas, porque eso fue lo que les enseñé a mis hijos, hijas que deberían hacer, el trabajo honesto y hacer las cosas correctas”, relata Lila con orgullo.
Hija
La inquieta Nereida Rubén, una de sus hijas, expresa satisfacción al tener una madre viva a tan avanzada edad y da gracias a Dios.
Recuerda momentos de su infancia, cuando Lila y su padre se esforzaban por mantener a ella y a sus diez hermanos.
Nereida destaca que ha sido la mayor satisfacción en su vida tener a su madre viva y da gloria al Creador del Universo por ese logro.
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