Por: Marcelo Peralta
Con el transcurrir del tiempo,
las mujeres rurales agentes claves en la lucha y transformación del mundo.
Por décadas, el ser reproductor
de la humanidad fue relegada, vulnerada y hasta sus derechos negados.
Eso agrava la crisis, empoderar
al colectivo, troncha el bienestar de las personas, familias, productividad
económica y carece de soluciones a sus males.
Hay mujeres
de liderazgos, mas participativas, diseñadoras de estrategias políticas, económicas,
programadoras en estaciones televisivas, periódicos digitales, físicos, instituciones
bancarias, pilotos de avión, choferes de máquinas pesadas.
Antiguamente, estos trabajos
eran realizados por hombres, echando de lado al coraje de las mujeres.
Por lo arcaico de algunos
hombres, echaban de menos a mujeres, “usaban” en trabajos de la casa y producir
muchachos.
Impedían incluirlas en la
mejora en seguridad alimentaria, trabajar en la nutrición de hijos y subsistencia
familiar.
Obviaban las capacitarlas y habilidades
de las mujeres.
A la fecha, las mujeres acceden
a nuevos medios de subsistencia, adaptan a la tecnología, resuelven necesidades,
crean y desarrollan iniciativas.
Hoy, las mujeres son esenciales en cambios económicos, ambientales, sociales, desarrollo sostenible, aunque, en algunos casos, con acceso limitado al crédito, la asistencia sanitaria y la educación.
Las matrículas escolares, académicas,
universitarias, laborales, empresariales, ejecutivas están ocupadas por
mujeres.
Actualmente, muchas mujeres
tienen cuentas bancarias a su nombre, están sindicalizadas para defender sus
derechos.
En ellas existen mayores confianzas por adquirir nuevas habilidades, tener oportunidades, están a estudiar, prepararse, participar en eventos diversos.
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