Por:
Marcelo Peralta
Santiago, R.D.-El reloj marcaba las 8:4100 AM de hoy miércoles “plagado” a causa de los destellos dejados por el huracán Beryl a su paso por el polígono de República Dominicana.
Pasar
por la calle 30 de marzo, detenerse en la emisora “Radio Luz”, en la hidalga
ciudad Santiago de los Caballeros, percibir a un hombre sin brazos manipulando
una cámara fílmica, atrayendo la impresión, “mirada atónita”, deja sin aliento
al humano más indiferente que exista en este globo terrenal.
En el mundo se vive con el mínimo esfuerzo si está lleno de valor y se impone poco a poco. Hacerlo cuando tiene limitaciones no resulta fácil, más en una sociedad excluyente y humillante.
Como
el caso de Wellington Colón, en medio de la pobreza nació sin brazos, que al
comenzar la madre a salir con él a las calles, en el barrio donde vive era
objeto de burla, rechazo y eso muchacho inconsciente sin entender la realidad,
adverso y actitud en que viviría ante la adversidad de su la vida.
Asumir
posturas decisivas, esfuerzos, implicación, tener sueños, ilusiones, dar
sentido a la vida, proseguir en actitudes perseverantes y lograr objetivos propuestos
no es tarea fácil.
Wellington
Colón, no se rindió ante las dificultades de haber venido al mundo sin brazos y
en un hogar lleno de pobreza.
A pesar
de las adversidades, hallar el camino del progreso, tener voluntades, esperanzas,
obviar frustraciones, revestirse de paciencia, buscar soluciones y superar
obstáculos eso es cuestión de “valientes”.
Pérez
se quitó la venda, decidió aprender, ser fuertes, tener confianza en sí mismo, crecer
con personas positivas, fue el “acicate” que sirvió para levantarse, buscar
ayuda, aprendizaje, luchando contra vientos y mareas y obtener el éxito.
A su
entender, educarse es el arma más potente que existe, arriesgarse sin miedo y ser
autónomo son las mayores motivaciones para prosperar.
Relato:
Se
trata de la historia viviente de “Wellington Colón”, hombre íntegro, aunque
nació sin brazos, creció en medio de limitaciones, rechazos de alto segmento de
la sociedad, burlas, obstáculos, no obstante, amado y querido por su madre.
Ante
la ausencia de brazos, lo prodigioso de Colón son sus piernas y hombros mentores
para hacer oficios de programador control máster en Radio Luz, situada en la
calle 30 de marzo número 1 propiedad del arzobispado de Santiago.
Tiene
misiones de programar, manejo de la cámara fílmica, ordenar micrófonos del
panel, preparar las transmisiones, responsable del tiempo, hora y calidad a
oyentes.
Las dificultades
para lavarse los dientes, vestirse, ponerse zapatos, referencia del humano que desaparece
en Wellington Colón, a pesar de límites tiene a Dios para guiarse y a su madre ayudarle
cuando sea necesario.
Este
hombre es un ejemplo viviente que da valor a la perseverancia, a la filantropía
de su madre, un referente en su vida.
La
función de este joven en la radio católica es de grandes esfuerzos, perseverancia
que se constituyen en valores esenciales en el devenir de su vida y desarrollo
humano.
A pesar
de sus dificultades, tuvo “sueños”, actitud positiva, asertiva y alta
autoestima.
Desde
niño, este inquieto joven identificó ilusiones, metas, razones, necesidades, se
esforzó y las logró.
Cada
día está lleno de motivaciones claves para que el Creador del Universo permita
desarrollar sus faenas con eficiencia, nitidez, calidad y puntualidad.
Nunca
hizo caso a las burlas y vejámenes de personas cercanas y siempre ha contado
con la ayuda de Dios y la fortaleza de su madre.
Sus
cursos primarios y secundarios los realizó en el Colegio Juan XXIII.
Los
universitarios en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra -Pucamaima-
gracias a la beca que entregó su rector monseñor Agripino Núñez Collado.
En el
año 2023 obtuvo la licenciatura en Comunicación Social en la modalidad
Producción Audiovisual.
Al
obtener el título repartió cientos de curriculum y al llegar a las entrevistas
era rechazado por no tener brazos.
Un
allegado lo llevó a la emisora Radio Luz y no vacilaron en emplearlo.
Estudió,
preparó, demostró destrezas, capacidad, a la fecha recibe elogios, premios y
logros tangibles.
Pérez
es un hombre de formación férrea, disciplinado, decente, respetuoso, solidario,
altruista y de inigualables hábitos.
Su
trabajo es como de “películas”, “admirable” y de “contenidos increíbles”.
Por
su esfuerzo, tesón y entrega ha logrado las metas deseadas.
Se
graduó de licenciado en Comunicación Social con puntajes sobresalientes.
¡Loor guerrero de la vida!.
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