El dominicano Carlos Magno Peralta fue líder en Haití quien por su
sobresaliente rol en la patria de Jean Jacque Dessalines lo traicionaron y asesinaron
para en el año 1919.
Tuvo brillante carrera militar y renunció tras la ocupación decidiendo
radicarse en Hincha, antigua ciudad que pertenecía a República Dominicana asignada
por Rafael Leónidas Trujillo a Haití en busca de resarcir por la masacre de
1937.
Peralta asumió la defensa de la pisoteada soberanía haitiana tras la
intervención militar norteamericana ocurrida en el año 1915, según fuente de
periodista dominicano Luis Villaverde.
Relata Villaverde que en 1917 Carlos Magno Peralta fue condenado en
Haití a 5 años de prisión por asaltar la casa de un oficial americano.
Logró escapar y retornar a su zona, donde organizó, encabezó la tropa de
“Los Cacos”, con la cual inició una guerra de guerrillas, que debilitó la
intervención.
Peralta controló varias regiones de Haití, al punto que logró crear un
gobierno provisional en el norte.
La resistencia de esta tropa tomó tanta fuerza que obligó a invasores
gringos a enviar un contingente especial a Haití.
A dos años de lucha y sacrificio, fue traicionado por el comandante
Jean-Baptiste Conzé que lo introdujo de encubierto al oficial americano Herman
H. Hanneken al campamento de “Rebeldes”, cerca de Grande-Rivière-du-Nord.
Allí el dominicano y militar haitiano recibió un disparo en el corazón
en una supuesta pelea que se produjo el 1 de noviembre de 1919.
Su cadáver fue exhibido en fotografías para desmoralizar a la
resistencia.
Con la salida de los norteamericanos en 1935, sus restos fueron
exhumados y recibió las honras fúnebres de héroe nacional.
Llegado el año 1991 su rostro fue inmortalizado en una moneda en
homenaje a ese dominicano, que luchó y entregó su vida por los mejores
intereses del pueblo haitiano.
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