Observó se trata de una «inobservancia que vulnera la soberanía nacional
y llamó a la clase política dominicana «a cerrar filas en un sólido respaldo al
jefe de Estado, con el fin de demostrarle a la comunidad internacional que el
pueblo de Juan Pablo Duarte aprueba y apoya las medidas dispuestas por el presidente
Luis Abinader.
El excanciller emite estos criterios en un artículo que con el título «Hora de
Unidad» remitió. El texto del mismo es el siguiente:
«Para quienes preciamos la filosofía política el Balaguerismo, con el
sistemático de ideas, acciones, opiniones, económico, social que sustentara el
doctor Joaquín Balaguer, donde hubo el privilegio de servir en sus
administraciones formándonos en esa escuela de gobierno, la cuestión haitiana
es un tema que reviste la mayor importancia, pues para nosotros ese problema
constituye la mayor amenaza que pende sobre la vida de la nación dominicana
desde 1844.
Realizamos esa pequeña introducción para referirnos al conflicto surgido entre
la República Dominicana y Haití, ante la violación por parte de Haití de lo
estipulado en el Tratado de paz y amistad perpetua y arbitraje, suscrito por
ambas naciones en 1929, inobservancia que vulnera la soberanía nacional.
Ante esta situación, el presidente de la República tomó medidas que culminaron
con el cierre de la frontera terrestre, marítima y aérea.
Cuando entró en vigencia la disposición presidencial procedimos a ofrecerle por
diversos medios de comunicación todo nuestro apoyo a las acciones tomadas por
el presidente de la República, al tiempo que formulábamos, algo que nos
permitimos reiterar en este breve escrito, un llamado a nuestra clase política
dirigente a cerrar filas en un sólido respaldo al jefe de Estado, con el fin de
demostrarle a la comunidad internacional que el pueblo dominicano aprueba y
apoya las medidas dispuestas por el primer mandatario.
El problema haitiano tiene que despertar nuestro instinto de conservación como
pueblo contra todas las fuerzas disgregantes que nos amenacen. Por encima de
las diferencias políticas, la vulneración de nuestra soberanía por parte de
sectores aparentemente privados de Haití debe llamarnos a la reflexión en una
hora crucial para el presente y el futuro de la nación.
Creo, firme y sinceramente, que las providencias adoptadas por el presidente de
la República están incuestionablemente encaminadas a conservar y a defender la
soberanía e integridad de la República y a defender y a conservar, ¨los
caracteres étnicos, los caracteres específicos y los caracteres individuales
del espíritu nacional¨.
En esta hora definitoria dejemos a un lado las banderías políticas y permitamos
que la única enseña que tremole en nuestros corazones sea la bandera tricolor
que bordaron las manos inmaculadas de María Trinidad Sánchez y de Concepción
Bona, mientras actuamos todos unidos, como tantas veces dijo el doctor
Balaguer, con el pensamiento puesto en Dios, en la Patria y en la Libertad.
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