10 feb 2022

La inflación en Santiago y los supermercados “casa del terror”.

Por Marcelo Peralta

Santiago, R.D.-El alza de los precios de la alimentación, electricidad, agua potable, transporte urbano, medicinas, siguen disparadas, aumentando más la presión a los consumidores, que creen los supermercados son hogares del terror.

Los precios de artículos de mayor demanda suben, la galopante inflación se traga los “chelitos” que a regañadientes las familias pueden obtener, porque el gobierno de Luis Abinader que prometió “cambio” no nombra a nadie, dicen militantes del PRM.

Se observa la inflación subyacente, gravita en las facturas de agua potable, energía, medicinas, alimentación, transporte urbano, en que ha sido incrementado.

A parte de los abusivos precios en las ventas de combustibles, gas licuado de petróleo que raya los 150 pesos por galón.

La presión ciudadana se une a la incertidumbre, inseguridad, criminalidad que campean por doquier en la segunda ciudad en importancia del país como es Santiago con más de un millón de personas.

Otro factor que gravita en la sociedad son miles de haitianos diferentes a diario cruzando en calles, pasillando en tiendas, supermercados, restaurantes, bancos comerciales, estaciones de combustibles, terminales de guaguas.

Mientras el ingrediente que le ´pone la “tapa al pomo” es la inseguridad ciudadana con asaltos, atracos, robos a manos armadas, con cuchillos, robando carteras a mujeres y hombres.

Todo evidencia, el país carece de garantía en los diferentes niveles.

El motoconcho prácticamente en zonas de mayor flujo de demanda es controlado por haitianos, quiénes, sin escrúpulos, reglas, cuidados se colocan en intercepciones impidiendo el paso normal de transeúntes.

Prácticamente, se evidencia la sociedad está desamparada, porque el gobierno de Luis Abinader no garantiza “nada en lo absoluto”.

Las estadísticas respecto a los crímenes en Santiago van en aumento, porque a diario, la Policía selectivamente reporta en sus novedades muertes.

Estos hechos aumentan, aunque desde el gobierno se “allanta” con un “puñado” de agentes de la Policía que suelta a las calles con “garrotes” y muertos de hambre, a patrullar en algunos lugares seleccionados.

Pese a la presencia de esos agentes, los robos, atracos, asaltos, no se detienen y van en aumento, igual que la venta de drogas.

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