En la frontera hay riesgo, migración irregular, donde existe el espacio de la muerte y un porvenir incierto.
Por Marcelo Peralta
Dajabón, R.D. Las
convulsiones generadas por la inestabilidad política, social, económica y
vandálicas crean cuestiones disímiles en la frontera con República Dominicana.
El contrabando genera
problemas para muchos y oportunidades de aumentar sus riquezas a otros.
Aumenta desde Haití hacia
República Dominicana el flujo migratorio y sus complejidades.
Cada escenario se torna más
sombríos, desordenes, quemadas de vehículos, secuestros de extranjeros
exigiendo millones en dólares para su liberación, incendios, de hospitales,
bancos comerciales, sabotaje al transporte, a sistemas eléctricos, agua potable
y telefónicos.
La evolución comercial,
poblacional de Dajabón de la que se dice fue fundada el 25 de noviembre del
1845; unos que se produjo en 1938 con el nombre Libertador y otros que se le
cambió al nombre actual en 1961.
Aquí, los días lunes y
viernes cruzan millares de hombres, mujeres, jóvenes de zonas adyacentes de
Juana Méndez, Cabo Haitiano, se aprovisionan de bienes, servicios en la feria
binacional, unos regresan, otros se quedan.
Ese porcentaje que cruza el
puente binacional es numeroso, en que algunos venden productos de segunda mano,
mientras, otros, se aprovisionan de artículos comestibles.
Quienes burlan a las
autoridades y se quedan en República Dominicana, al carecer de documentos, son
reclutados por dueños de fincas ganaderas, agrícolas son explotados con sueldos
por debajo de lo estipulado en el Código y las leyes laborales.
Ahí comienzan la osadía de
los indocumentados; dueños de fincas a presionar al gobierno para legalizar a
los haitianos sin que ni siquiera saben sus nombres y hacen llamarse con
nombres hasta de productos comestibles.
En la porosa frontera entre
dos naciones que tienen diferencias de idiomas, leyes, formaciones, costumbres,
hábitos, Constituciones, Banderas, Himnos, Escudo, prevalece, con sus idiomas
Español y Francés
La cuestión de la frontera
tiene ligazón de francesa y africana ocupada por haitianos.
La otra, habitada por
dominicanos de decendencia española, europea, país Vasco, que por su forma de
vivir tiene mayores avances y desarrollo.
La República Dominicana ha
sido invadida por Haití en cerca de 40 veces saliendo derrotado en todos los
escenarios y episodios.
Ahora, asesorados por
personalidades extranjeras, complicidad de militares, políticos, empresarios,
diplomáticos, comerciantes, entre otros sectores, práctica, pacíficamente,
haitianos de edades, condiciones físicas, invaden a la República Dominicana, lo
que evidencia el peligro de la Soberanía Española, porque se han adueñado de
territorios.
Contrabandistas criollos y
haitianos causan tragedias almacenando combustibles en lugares inadecuados con
frecuentes incendios y resultados funestos.
Básicamente, el negocio
informal ha crecido en medio del desorden, caos, aunque empresarios dominicanos
han instalado empresas donde laboran miles de haitianos activando la economía.
Es el caso del empresario
Fernando Capellán que tiene una zona franca en Juana Méndez y el 100x100 de su
empleomanía es de origen haitiana.
Tras la inusual migración,
las ciudades dominicanas se ven inundadas de haitianos de todas las edades,
cuestiones que podría generar, en el porvenir, fricciones étnicas, sumergida en
la más espantosa miseria, desigualdades sociales.
A pesar de todo, la
plasmación del gobierno de Haití desafía, presiona, amenazas, urden planes,
ponen en riesgo y el sosiego dominicano.
En Haití predomina la
inestabilidad política, social, económica, desatan hostigamientos, alteran los
ánimos, afecta el desarrollo de la vida cotidiana, sujetos pasivos, no hay sana
convivencia entre los haitianos.
Hace meses que se vienen
generando en Haití violencia verbal, física, robo, asaltos, atracos, asesinato,
secuestros, ejecuciones, quemadas de hospitales, no hay garantía de nada ni
nada.
Se estima que en la frontera
hay acosadores que presionan a los dominicanos, buscan alterar la armonía,
causar y erosionar la vida cotidiana, afectar las relaciones bilaterales,
beneficiarse las posibles pugnas entre las dos naciones buscando “provecho
personales y grupales”.
Ese es el criterio que
prevalece entre agricultores fronterizos nativos y los invasores ejercen
tropelías.
Por eso, agricultores
exhortan al presidente Luis Abinader dejarse de “paños tibios”, que se
pronuncie, haga saber a Haití el derecho que tiene a
regularizar su estatus migratorio.
De la parte española, la
sociedad civilizada, formada en valores, solidaridad, nunca ha respondido con
agresiones ni violencia verbales, físicas contrario a los haitianos que lo
hacen dentro y fuera del país.
Actúan con intolerancia,
actitudes inhabituales, indolencia expresiva, comportamiento, provocaciones,
que lo que siempre responde con solidaridad y humanidad.
A la hora de las desgracias
haitianas, quienes acuden en auxilio son dominicanos, que dejan sus trabajos,
sillas en los centros educativos, camas en los hospitales, medicinas, alimentos
para facilitarlos, actuando con los niveles y actuación del ser humano.
Haití tiene agencias de
noticias que generan reacciones alterando la verdad, atacan sin piedad al país
vecino, distorsionan hechos, creen dominicanos deben ponerse se rodillas.
Venden mentiras a nivel
internacional que los haitianos tienen derecho a todo; convertir sus amenazas
en patrones de conducta, asumir actitudes dictatoriales que ellos critican de
otros.
Tiene medios de informaciones
equivocados, reciben beneficios colaterales colocando a los dominicanos como
los culpables, implementan líneas de inconducta; ejerce intolerancia,
exigen de manera errónea a defensores internacionales que reciben beneficios de
organismos “pagados” para detractar, contrario a las posiciones que asumen.
Tienen personas para hacer el
trabajo “sucio” a nivel internacional haciendo culpables a “inocentes”, llenan
iras, odios, tratan conducta patológica que trata de buscar culpables de sus
“males” al círculo más cercano, ejercicio de la violencia física y psicológica.
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