Estudiante de Medicina examinando cadáveres para analizarlos se tropieza con el de amigo que tres noches habían salido a bailar y que la Policía en Nigeria junto a 30 en una sola noche sin prever su estatus social.
El relato es de la periodista y
novelista nigeriana Adaobi Tricia Nwaubani escribe en este
reporte especial para la BBC sobre la inquietante realidad detrás de
algunos de los cuerpos «no reclamados» enviados a las escuelas de medicina
de su país.
El estudiante de medicina Enya Egbe salió corriendo de su clase de anatomía llorando después de ver el cadáver con el que debía trabajar ese día. No fue la reacción aprensiva de un joven ingenuo.
El estudiante de 26 años aún recuerda
vívidamente la tarde de aquel jueves hace siete años en la Universidad de
Calabar, en Nigeria, cuando estaba con sus compañeros de estudios alrededor de
tres mesas de disección, con un cadáver en cada una.
Minutos después, gritó y corrió. El cuerpo que su grupo estaba a punto de diseccionar era el de Divine, su amigo durante más de siete años.
«Solíamos ir a bailar juntos», me dijo. «Había dos agujeros de bala en el lado derecho de su pecho». Oyifo Ana fue uno de los muchos estudiantes que salieron corriendo detrás de Egbe y lo encontraron llorando afuera.
«La mayoría de los cadáveres que usamos en la
escuela tenían balas. Me sentí muy mal cuando me di cuenta de que algunas de
las personas pueden no ser verdaderos criminales», dice Ana.
Explicó que una mañana temprano había visto una
camioneta de la policía cargada con cuerpos ensangrentados en su escuela de
medicina, que tenía un depósito de cadáveres adjunto.
Egbe envió un mensaje a la familia de Divine,
que resultó que había estado yendo a diferentes comisarías de policía en busca
de su pariente después de que el joven y tres amigos fueran arrestados por
agentes de seguridad cuando regresaban de una noche de fiesta.
La familia finalmente logró recuperar su cuerpo. El impactante descubrimiento de Egbe puso de relieve tanto la falta de cadáveres disponibles en Nigeria para los estudiantes de medicina como lo que les puede pasar a las víctimas de la violencia policial.
Trauma
Entre los siglos XVI y XIX, por diferentes
leyes en Reino Unido, se entregaban los cuerpos de los criminales ejecutados a
las escuelas de medicina, un castigo que también promovió la causa de la
ciencia.
En Nigeria, una ley actual entrega «cuerpos no reclamados» en depósitos de cadáveres del gobierno a las escuelas de medicina. El estado también puede apropiarse de los cuerpos de los criminales ejecutados.
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