155 personas han fallecido en
las últimas cuatro semanas en la República Dominicana tras consumir alcohol
adulterado, informó este viernes el Ministerio de Salud.
En una rueda de prensa virtual
para informar sobre el coronavirus, que ha dejado 313 muertos en el país, el
ministro de Salud, Rafael Sánchez Cárdenas, informó de 136 fallecidos y 216
casos de intoxicación por alcohol adulterado.
Sin embargo, en un reporte
posterior, su cartera precisó que los muertos ascienden a 155 -142 hombres y -13
mujeres, y que los casos totalizan 239, entre los que hay 6 menores de 19 años.
Un portavoz de Salud explicó a
Efe que Sánchez Cárdenas ofreció los datos procesados hasta media semana, pero
que el reporte actualizado confirma la muerte de 155 personas por dicha causa.
Del total de decesos, 71 se
han producido en el Distrito Nacional, 47 en Santo Domingo, 8 en La Vega, 6 en
Independencia, 4 en Hato Mayor, 2 en Valverde 1 en Bahoruco, mientras que no se especificó
la procedencia de los restantes 16 fallecidos.
El pasado 24 de abril, Sánchez
Cárdenas informó de 109 muertos por la ingesta de este alcohol, por lo que,
según los nuevo datos, se han producido 46 muertes más desde entonces.
La situación causada por el
consumo de clerén, un destilado de caña de baja calidad, que fue adulterado con
metanol, constituye "una importante preocupación de salud pública",
dijo el funcionario.
El ministro explicó que la
cartera que dirige y el Ministerio Público continúan interviniendo centros
donde se elaboran estas bebidas, así como establecimientos donde son vendidas,
lo que ha llevado a detener varias personas.
El Ministerio Público, señaló,
"será responsable de sancionar esos casos".
El clerén es un destilado de
fabricación casera y clandestina cuyo consumo está muy extendido entre las
clases bajas en República Dominicana y Haití.
Las primeras muertes por
clerén adulterado se registraron el pasado 7 de abril, fecha en la que murieron
seis personas en el sector Brisas del Este, en el municipio de Santo Domingo
Este.
La mayoría de las víctimas son
personas pobres, que beben clerén por no poder costearse bebidas legales y de
mayor calidad, como el ron, el destilado más popular en el país caribeño.
El clerén a veces puede
resultar contaminado por metanol durante su proceso de elaboración, cuando el
fabricante destila maderas para usarlas como materia prima o como aromatizante,
o al añadirle disolventes para pintura, con el propósito de abaratar el
producto.
Esta no es la primera vez en
la que el clerén adulterado se cobra víctimas mortales en el país.
En diciembre de 2017, 12
personas murieron después de tomar clerén en un velatorio en el municipio de
Pedro Santana, en la zona fronteriza de Haití, región en la que está más
extendido el consumo de esa bebida que tiene su origen en el país vecino.
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