Publicada en el periódico El Nacional.
Vista del Jardín
Señor director:
Un centro médico que invita a un apasionado romance con la salud en sus dos importantes versiones de preventiva y curativa impregnando esperanza y confianza, tanto a prestadores de servicios como a los usuarios y espectadores. Vista del Jardín surge como una propuesta esmerada, de carácter privado para la demanda particular de la gente, que en medio de la carestía de la medicina y la salud, cada oferta nueva tiene sus demandantes. Esta oferta emerge como virtual propuesta, sin el tradicional y engañoso volumen promocional con que habitualmente abren sus puertas al público la mayoría de los espacios que se ocupan del tema de la salud.
De entrada salta a la vista el orden y
el buen trato con respeto y amabilidad. Es un centro en cuya práctica aplica
servicio médico humanizado, con calidad y solidez en alianza con la eficiencia
y la eficacia.
En tecnología está al día en cantidad y calidad suficiente para garantizar las soluciones esperadas por médicos, enfermeras o enfermeros y oferentes de servicios colaterales. Como seguidores de principios cristianos este personal practica la acogida y el buen trato entre sí, con los pacientes y con los allegados.
Los que vivimos la experiencia de la
calidad medico/científica y humana debiéramos orar al Señor para que se
mantenga y cada vez mejore el comportamiento de este personal y del centro, y
sobre todo orar para que médicos y enfermeras de este establecimiento no sean
afectados por los zumos que mantienen mareados a tantos colegas suyos, cuyo
accionar raya en la soberbia. La alimentación de los pacientes y al servicio de
todo el personal del centro es rigurosamente balanceada, pero además, su restaurante,
cuan un salón de enseñanza y aprendizaje, exhibe una variada oferta alimentaria
Respetando la libertad de culto de pacientes y familiares, este
elogiable espacio de salud mantiene a su disposición una capilla y un capellán
para que las personas animadas por la fe, se pongan en comunicación con su guía
espiritual. No conocíamos esta clínica hasta finales de enero pasado que fuimos
ingresado en ella durante dos semanas, y salimos en condiciones tan
satisfactorias que decidimos reconocer por este medio a un personal que por
principios divinos y de vida, vive para servir.
Que la paz y el talento con que abonaron nuestra recuperación le
perdure para siempre.
Enviada por el periodista Ángel Berto
Almonte.
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