
La presión demográfica ejercida por los haitianos en
el eje Norte y Sur desde Montecristi a Pedernales, que abarca los 388 kilómetros
que los separa con la República Dominicana, por donde entra de todo, está poniendo
en peligro su integridad territorial, sin que desde los estamentos legales se
visualice el más mínimo de los esfuerzos y controles fronterizos.
Tras los acuerdos firmados por los presidentes de
República Dominicana, Horacio Vázquez y el de Haití, Louis Borno ocurrido en el
año 1929 para establecer los límites fronterizos y arbitraje en la que se involucró
en ese proceso a Achille Damiano Ambrogio Ratti- Pío XI- quien fue el Papa
número 259 que tuvo en ese entonces la Iglesia Católica y primer soberano
de la Ciudad del Vaticano, cuyo mandato fue desde el año 1922 y 1939 se ha
mantenido ese descontrol en la zona y la migración haitiana descontrolada, la
que ha aumentado en los últimos 20 años.
La corrupción existentes en los consulados
dominicanos experimentada en los últimos 20 años con la venta al granel de
visado, ha sido el detonante y convertido en caldo de cultivo para hacer
desaparecer el nombre de la faz de la tierra a la República Dominicana.
Hasta el presidente dictatorial dominicano Rafael Leónidas
Trujillo Molina tuvo a Puerto Príncipe el día 14 de abril de 1936 a firmar
acuerdos con Haití y su homólogo Stenio Vincent para el canje de la ratificación
del Protocolo Final Fronterizo Dominico-haitiano, lo que quienes viven en la
parte Oeste del archipiélago nunca han respetado.
Desde esa fecha se han ratificados acuerdos con la
colocación de los padrones divisorios,
junto a la construcción de la carretera internacional por parte de la República
Dominicana que abarca una longitud de 47 kilómetros desde el río Libón en
Restauración hasta Pedro Santana, en que el río Artibonito señalaba la división
de los dos Estados cerca de Bánica, todo ha sido violado por los haitianos.
El día 14 de abril del año 1936, el general Rafael
Leónidas Trujillo Molina dominicana y su homólogo haitiano Stenio Vincent ratificaron
el tratado de fronteras establecido en 1929.
Con este nuevo acuerdo que nunca Haití ha cumplido se
inició la construcción de la carretera
internacional; puentes, alcantarillas metálicas, el fuerte de Cachimán, sin
embargo, de nada han servido para cambiar la situación de esa nación africana y
controlada años atrás por Francia y Canadá.
Estados Unidos la invadió en 1915 hasta la fecha y
en vez se mejorar las condiciones de sus habitantes, lo único que han hecho ha
sido robarle sus riquezas y enviar a millones de haitianos a República
Dominicana.
La cantidad se haitianos se incrementa en estos
tiempos, tras la corrupción en todos los estamentos quienes fomentan el
contrabando, tráfico humano, corrupción y la complicidad de sectores de poder
político, empresarial, gubernamental y militar.
En estos tiempos debido a la complicidad de
representantes de diversos sectores se ha incrementado el tráfico humano de
todas las edades y condiciones físicas hacia la República Dominicana,
contrabando de drogas, armas de fuego, vehículos, ropas usadas procedentes de las
naciones poderosas para vestir a los haitianos menos pudientes, la Patria de
Juan Pablo Duarte y Diez ha sido haitianizada.
Debido a la irresponsabilidad de los sectores políticos,
empresariales, militares unido a los traficantes, la población haitiana ha sobrepasado
ya la dominicana, en que el Estado en una actitud de irresponsabilidad tiene
que pagarle de los recursos que salen de los contribuyentes dominicano todo lo
que con sumen los haitianos.
La cada vez mayoritaria de la presencia haitiano sin
control, falta de documentos, transculturación, hábitos, costumbres diferentes,
es una clara señal que República Dominicana quedó borrada como Nación libre,
Soberana e Independiente, porque los políticos y empresarios la hipotecaron al
mejor postor.
La migración haitiana es tan evidente, que han
desplazado a los dominicanos de lugares de trabajos, educativos, deportivos,
hospitales, las universidades, escuelas estatales están llenas de ilegales, las
calles saturadas, improvisan puestos de ventas de ropas usadas, de comida,
defecan, orina en donde les de las ganas y los insultos no se dejan esperar
contra los dominicanos al ripostarle de: Este país no es tuyo, es de los
haitianos.
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