Durante la homilía con motivo del Día de la
Altagracia, Nicanor
Peña expresó que María, nuestra madre, quiere que todos los dominicanos vivamos
unidos como una sola familia, por medio del lenguaje de la fe, de los signos y
de los ritos sagrados, construyendo así la fuerza del amor, “con la
fuerza del amor el sentido de nuestra dominicanidad”.
“Si como pueblo nos mantenemos unidos en
torno a María como los apóstoles en el escenáculo, no podemos sucumbir”,
expresó.
Llamó a acoger a la niñez desprotegida, la
juventud descarriada por falta de oportunidades y los hogares destruidos y
rechazó el irrespeto a la vida de todas las personas tanto en lo que se
refiere al crimen callejero como la privación de la vida antes de nacer.
Peña citó al primer obispo de esta
diócesis, monseñor Juan Félix Pepén, al decir que el pueblo dominicano
dejará de ser libre en independiente cuando deje de creer en la Vírgen de la Altagracia.
“La Iglesia, alimentada por la palabra del
señor y por la experiencia de los santos nos exhorta a dirigir nuestra mirada
hacia la madre del redentor y sentirnos como ella, amados por Dios.
Nos invita
a imitar su humildad y pobreza, para que siguiendo su ejemplo y gracia, a
su intersección podamos perseverar en la gracia divina que santifica y
transforma los corazones”, manifestó.
Agregó que “la Virgen nos ha salvado y
continúa haciéndolo por los siglos de los siglos”.
Precisó que María está ligada a nuestra
dominicanidad.
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