Por Marcelo Peralta
Hoy, domingo 27 de febrero
del año 2022, arribamos a otro año de la Independencia en la que Juan Pablo
Duarte, fue el artífice, ideólogo y gestor de esta gran epopeya.
Obtuvo esa conquista por la
abnegada y gallardía del rol de jóvenes, liderados por Juan Pablo Duarte, que
recibió respaldo de sectores de la sociedad.
Consiguió el arrojo de hombres
y mujeres, que la historia le tiene reservado posiciones cimeras.
Gracias al “orgánulo” de la
Sociedad Secreta La Trinitaria”, creada por “ritos masones en 1838”, y los
ciudadanos Juan Pablo Duarte, Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandrino Pina, Félix
María Ruiz, José María Serra, Felipe Alfau, Benito González, Jacinto de la
Concha y Juan Nepomuceno Ravelo.
Al grupo se sumaron Francisco
del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella; Félix María Delmonte, Vicente
Celestino Duarte, Remigio del Castillo, Pedro Antonio Bobea y a Manuel Guerrero
hijo.
Todos encendieron las ansias
libertarias, se convirtieron en promotores, persuadieron amigos a incorporaron
a los aprestos por necesidad, concitando un clima social favorable.
No faltaron las innumerables
confrontaciones, disgustos internos,
externos, contradicciones, incoherencias de algunos para llegar a proclamar la
Independencia Nacional, siendo poco tiempo después algunos desterrados del país.
Quienes más persecución sufrieron
fueron Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, Pedro
Pina, Gregorio del Valle y Juan Jiménez, el capitán J. J. Illas y Juan Isidro
Pérez, al ser declarados como supuestos “traidores e infieles a la Patria” por
quienes controlaban el solio presidencial de entonces.
Hay una la resolución marcada
con el número 17, evacuada por la Junta
Central Gubernativa el 22 de agosto de 1844, bajo la presidencia del general
Pedro Santana, escogido como el primer presidente del país, quien se convirtió
en traidor y persecutor de los gestores de la República.
Que a nadie le quepa dudas,
que el insigne ciudadano Juan Pablo Duarte es el único forjador de la Soberanía
Dominicana, y sin embargo, recibió como paga por sus esfuerzos que lo “sacaron
del país” murieron abandonado y enfermo en Venezuela.
Duarte fue el líder indiscutible
que juntó a jóvenes de la época, dio la forma al grupo de jóvenes valerosos que
logró aglutinar.
El patricio, tenía formación
militar, era persistente, luchador, decidido, con afanes patrióticos,
libertarios, que le ocasionaron sufrimientos, llevaron a la pobreza a su
familia, por haber invertido los ahorro para la lucha independentista.
Este hombre, del cual infaustos
personajes y sectores enquistados en diversas áreas tratar de hacer desaparecer
sus logros, actuó con coraje y decisiones a pesar del peligro a los que se exponía.
Se planteó librar a la
República Dominicana que estaba deshabitado, incomunicado en las áreas interior
y exterior, no obstante, pudo ascender en sus planes, tener una fe inconmovible
en la capacidad de lucha a favor del hoy pueblo dominicano.
Muchas veces fueron las veces
arriesgada que se conjugó con el más preclaro pensamiento patriótico, las que
hoy deben ser robustecidas para el engrandecimiento los que vivimos en
República Dominicana.
Se impone decir hoy más que
nunca debemos rendir tributos al forjador de la República Dominicana que
enfrentó y derrotó al presidente haitiano Jean Pierre Boyer 1844 y todos sus
esbirros.
Proclamada la Independencia,
el patricio Matías Ramón Mella Castillo, fue quien organizó la franja de la Región
Cibaeña para oponerse a los posibles ataques haitianos y partió hacia el sur
para incorporarse a las filas de los combatientes.
Mella Castillo, firmó el
manifiesto del 16 de enero de 1844, llamado “Acta de Separación” y proclamó
como presidente de la República a Juan Pablo Duarte, al estilo de un matrimonio
sin divorcio.
Instamos a la juventud que
hoy más que nunca reafirmen el compromiso del nacionalismo puro como lo
desearon los padres de la patria.
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