Debía escribir lo que vaya a decir porque sus emociones están descontroladas.
Tiene que ponerse en tratamiento clínico y en manos de especialistas si es necesario para que organice las ideas.
Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D. La irresponsabilidad
de las emociones del director policial, mayor general Alberto Then, muestran
estar fuera de “foco”, “alguien impotente”, “acorralado”, “desesperado y sin
salida”.
Es bien salido, que este oficial que conoce el país, porque ha comandado en todas las regiones la masa de broca no están asimilando ni funcionando con eficacia.
La incapacidad de acción, neutralizada por "zancadillas" y pies forzados "que le tienen a Then, quien no ha podido armar su "anillo" lo atan y neutralizan operar como él ha pretendido.
Ese deslenguamiento mostrado, hace recordar las célebres frases del presidente de la República, Joaquín
Balaguer y el "odio" que desencadenó contra José Francisco Peña Gómez, lo llevaron a ese culto intelectual a “metió los dos pies en un solo
zapato” y hacerse “pupú” fuera del cajón.
Semejante a la “indelicadeza” de Eduardo Then al denigrar que hijos de madres solteras no serían admitidos en la Policía, cohibiendo y poniendo a ciudadanos optar por un puesto laboral.
Por primera vez, que un “intruso”
director de la Policía descuida sus obligaciones de cuidar vidas y propiedades
para expresar sandeces como las salidas de la “boca” del mayor general Alberto
Then.
Resulta “imperdonable” que un
oficial de su estirpe, que ha comandado en todo el país, salga con expresiones
de tal mal gusto y denostando a ciudadanos por sus condiciones económicas y
sociales, descartando el derecho a ingresar al tren gubernamental.
Parece que el mayor general Then compró a República Dominicana y pretende manejarla a su “antojo” como una parcela de su propiedad a la medida y semejanza,
Que recuerde el oficial policial que en el pasado gobierno hubo funcionarios y oficiales
de organismos de seguridad estatal que se creyeron ser dueños y señores del país, quienes ahora en que vez de estar gozando en todos los
escenarios a escoger, sus escenarios son en la actualidad las frías y solitarias paredes de las cárceles.
El presidente Luis Abinader
no debía tarde más tiempo y “destutanar” al mayor general Alberto Then de la
Policía, antes de que vuelva a deslenguarse y resulte que que el remedio sea más costoso
que la enfermedad.
Por vez primera, estucho a un
director de la Policía descalificando a ciudadanos para ingresar a trabajar a
instituciones del Estado, que quizás vaya a ejercer una labor más decorosa que
la del “flamante” Eduardo Then.
Porque como dice el refrán; "Perro que come huevo, aunque le quemen el hocico vuelve a comérselos".
Reitero no fue “elegante” la forma
del oficial expresarse en esos términos contra jóvenes valiosos que tienen el mismo derecho del mayor general Alberto Then de subir peldaños como lo ha hecho él.
Recuerde mayor general ALBERTO THEN que quien vive en casa de cristal no acostumbre a tirarle piedras al vecino que tiene una casa de cartón.
"Asimile, hoy por mí y mañana por ti".
Y en las calles hay jóvenes valerosos, con más cualidades y solvencia moral que muchos de aquellos que hoy están en la cima, a pesar de llevar sombras negras, muy negras que en cualquier momento puede cambiar de lugar.
Debería organizar mejor sus
ideas antes de salir a pasar vergüenza y burlarse de un país que la “ineficacia”
de autoridades, incluyendo al general, prevalece la desesperación ciudadana por
los robos y crímenes.
En la actuar gestión de este
comandante parece no haber fórmulas, responsabilidades, voluntades, doctrinas que
contribuye a disminuir la inseguridad, criminalidad, inestabilidad social, en
que la gente no quiere salir a las calles, la cuestión de solución es cada vez
incierta por la cantidad de casos.
Todo está a la vista a nivel
nacional, porque autoridades como el mayor general Alberto Then carece de iniciativa
para combatir estos flagelos; la sociedad ya no resiste en virtud que las autoridades
no sincronizan la responsabilidad de enfrentar estos males sociales.
Crecen los hechos, omisiones
de muchos funcionarios en el ejercicio
de sus deberes, que actúan de una manera irregular ante las obligaciones de
garantizar seguridad al pueblo.
Abundan en el país los hechos
ilícitos, se protege a sujetos que dañan por la comisión del hecho que no son
apresados, tampoco se sanciona cuando son detenidos; siendo la sociedad más
vulnerable, la que paga los impuestos que enriquecen a funcionarios.
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