Santiago,
R.D.- Las presiones de sectores opuestos a la aprobación del nuevo Código Penal y de las tres causales
respecto al aborto desató una especie de “guerra del miedo”, provocando que más
de la mitad de senadores rehusaran acudir a sus curules.
El
miedo a la aprobación de la pieza alcanza efectos de terror entre algunos congresistas
que en campaña electoral alardeaban que cuando ganaran nadie detendría
legalizar el aborto cuando la criatura sea indeseada, si viene con deformación
y en caso de la madre correr peligro.
Sin
embargo, ayer la pieza estaba encina de la mesa y de 32 senadores más de la
mitad se “escondió y no asistió”.
La
sociedad esperaba que ayer sería un factor decisivo para influir y aprobar
ambas cuestiones, pero el miedo se apoderó de algunos congresistas desapareciendo
hasta de sus entornos acostumbrados.
Ahora,
habrá que esperar otra convocatoria o durante cuatro años más para que vengan
senadores con “coraje” y se aboque a dar término a la pieza.
Quizás
faltaría el Renacimiento y la Modernidad para que aparezcan legisladores sin miedo
al terror, al factor adverso, que enfrenten a sectores que dejen de “meterse”
en la vida civil y aprueben esos códigos.
Los
senadores que tienen miedo y a las consecuencias políticas si aprueba la irrupción
del abordo cuando existe peligro, lo que
deben hacer es renunciar a sus curules, dejar de autocensurarse y de ser “huidizos”
para complacer a sectores de poder.
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