Por: Ramón Antonio Veras.
1.-
Una persona decente, de sano juicio y pensamiento limpio, en cualquier país del
mundo que oiga hablar de la OEA, a lo
mejor cree que es un organismo que sirve para algo útil a los pueblos
latinoamericanos y caribeños, pero resulta que no, que la OEA, nació y sigue
siendo una porquería que hace función celestina a petición de los
intereses monopolistas norteamericanos.
2.-
Las personas jurídicas, al igual que las de carne y hueso, se conocen por su
proceder; por la forma como actúan; por su accionar en el medio social o ante el
concierto de naciones. La OEA, se identifica por las fechorías que
históricamente ha cometido en provecho del imperio y contra la independencia y
soberanía de nuestros pueblos.
3.-
Recién creada, la infame OEA recibiendo órdenes del imperio, en 1949 apoyó al
tirano Trujillo en la protesta internacional por la eliminación de los
expedicionarios de Luperón; haciendo labor de celestinaje, la OEA apoyó a los
mercenarios que desde Honduras y Nicaragua invadieron el 18 de junio de 1954 a
Guatemala para derrocar el gobierno democrático de Jacobo Arbenz. En su
deshonrado proceder, la OEA el 17 de abril de 1961, patrocinó con el imperio la
invasión a Cuba por Bahía de Cochinos o Playa Girón; recibiendo instrucciones
de su amo imperial, la crapulosa OEA, organiza y ejecuta el 31 de enero de
1962, con un voto en contra y seis abstenciones, la expulsión de Cuba. La
porquería de la OEA, fue cómplice de Estados Unidos en el derrocamiento de Juan
Bosch, el 25 de septiembre de 1963; en una más de sus sinvergüencerías, la OEA
legitimó la intervención norteamericana a República Dominicana en 1965; la
mancilladora OEA, en coalición con el imperio colaboró con las dictaduras
militares del Cono Sur y con la Operación Cóndor, que en toda la década del 60
del siglo pasado, incluyendo la ensangrentada tiranía terrorista de Augusto
Pinochet; la alcahueta OEA, apoyó la invasión del imperio a Panamá el 20 de diciembre de 1989, como enflautadora de
los intereses norteamericanos ha hecho de puntal en los golpes de Estado contra
Manuel Zelaya, el 28 de junio de 2009, en Honduras; Fernando Lugo, el 20 de
junio de 2012, en Paraguay; Dima
Rousseff, el 31 de agosto 2016, en Brasil; y en el 2019, en Bolivia, golpe de Estado a Evo Morales.
4.-
Ha sido un viejo método del imperio,
crear situaciones desestabilizadoras y basándose en ellas luego ejecutar
intervenciones militares. Es así como prepara en Cuba los hechos del 11 de julio pasado, para ahora
hablar de violaciones de los derechos humanos, y recurrir a la OEA, como lo ha hecho por medio del representante
interino, Bradley A. Freden.
5.-
Con el mayor descaro, el señor Freden,
solicita a los miembros de la OEA, que condenen a Cuba, pero este país no es parte de la OEA, desde enero del año
1962. Deben sentirse ofendidos en su dignidad y decoro los actuales integrantes de la OEA, que sin ser
consultados fueron llamados a tomar
decisiones contra una nación que es
extraña a la OEA.
6.- Los gobiernos que todavía quedan en la
OEA, y que se respetan, deben asumir la posición de los presidentes de
Argentina y México, que por separado han expresado: Alberto Fernández: “La
Organización de Estados Americanos (OEA) tal como está no sirve y es un escuadrón que avanza sobre los
gobiernos populares de América Latina”; y
Andrés López Obrador: “Propone
crear organismo regional que sustituya a la OEA”.
7.-
Ante las pretensiones que tiene el
imperio contra Cuba, utilizando de mampara a la OEA, todo el movimiento de
solidaridad con el pueblo cubano y su proceso revolucionario, debe mantenerse
en tensión para impedir la agresión militar.
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