Por Marcelo Peralta.
Sonreír es gratuito.
Es una inversión segura.
Un don que billa más que la
luz eléctrica.
No hay persona en el mundo incapaz
de sonreír.
Hay sonrisa natural por la
pureza del espíritu y la armonía que posee.
Es recomendable sonreír rodando
por un camino óptimo.
Este jueves 17 de junio del
2021, recibí la triste noticia de la muerte de un amigo.
Desde la adolescencia
compartimos jugando béisbol en el pley Armando Sosa Leyba en el Municipio Sabaneta.
Provincia Santiago Rodríguez.
Ignacio Cruz, presa de la Covid19
se nos ha ido.
Su sonrisa jamás se borrará
de mi mente.
Si en la tercera base que era
su posición favorita cometía un error sonreía.
Igual, si atrapaba una bola
difícil, también sonreía.
Compartiendo en camaradería
esa sonrisa no faltaba.
Esa era la mejor tarjeta de
presentación que existe en Ignacio Cruz la que se convirtió en una puerta
abierta.
Hay sonrisa que quedan impresa
en la memoria del interlocutor.
Se convierte en el valor más
preciado de la persona, aunque ya posea en su depósito mental.
Es evidente, que la sonrisa es
más importante que un regalo, porque impregna sus recuerdos en el emisor y se
plasma para la eternidad en el receptor.
Ignacio, el destino te trazó
un camino largo, olvidar tu sonrisa sincera no será fácil, porque lo hacía con
amabilidad, con respeto, a lo natural y eso se pega como un imán.
A través de tu sonrisa
conseguiste ganar la confianza de miles de personas.
Aunque te mudaste de
residencia para no retornar jamás, tu sonrisa sincera, sin malicias, la
plantaste entre los que quedamos en este globo terrenal como un arma correcta
en la comunicación.
Aunque no me escuche, aunque
tu alma percibe las vibraciones has de entender que tu sonrisa creó habilidades
en las relaciones personales que creaste.
Desde aquí, quiero
manifestarse que tu sonrisa para muchos de quienes compartimos contigo fue un
verdadero lubricante.
Era auténtica, de actitud
positiva, de mental clara y físicamente contagiosa.
Tu sonrisa sincera causaba
efectos positivos porque hacía sonreír a las personas que te rodeaban en los lugares
que visitaba.
Quiero manifestarse que la belleza
física no está en el cuerpo, sino que en una sonrisa sincera y franca.
Es una de las mejores
herramientas y evaluación humana.
Sonreír con decencia, respeto
y sinceridad sitúa al interlocutor en un estado receptivo, dando alegría al verlo
porque recoge aspecto de la personalidad.
Sonreír de manera sincera
ayuda a extender músculos faciales, conduce a estado de ánimo, saber quién es
quién.
Quien sonríe no piensa en nada
dañino.
Tu muerte significa irreparable pérdida para tu familia, amigos, el país, la generación que viviste y la porvenir.
Dios te requirió para encomendarte una misión especial.
Los hombres alegres como tú no se lloran. Se !despiden!.
Paz para tu alma.
Solidaridad para tus seres
queridos que deja en la Tierra.
Adiós para siempre amigo “Ignacio El Che”.
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