El pueblo debe estar atento
con una serie de asomos por donde soplan vientos turbulentos.
Ante todo, el gobierno de Luis
Abinader no debe ceder ni siquiera un ápice.
Si hay virulencia, el gobierno
debe enfrentarla con la más feroz enérgica, caiga quien caiga.
El pueblo sensato debe estar
alerta porque al gobierno del presidente Luis Abinader quieren daño y al país
también.
Colaboradores estatales deben
ponerse a tono con las directrices del mandatario.
Sectores oscuros, enemigos de
la paz, estarían urdiendo planes perversos contra la actual gestión.
La perversidad debe ser atacada por el gobierno como fiera herida. El pueblo se cansó de que un grupito lo despoje de sus bienes.
Hasta han sido despojados de los espacios que es de todos. Esos desarmados actuaron sin pudor para desfalcan el erario.
La lucha desatada por este gobierno
contra la corrupción debe tener el respaldo de los dominicanos sensatos.
Busca el gobierno sanear la
sociedad, pero cómplices del robo orquestan planes y torpedean para que el presidente
desista y deje todo como estaba antes.
El plan llega más lejos.
Plantean que Luis Abinader
destituya a la Procuradora General de la República, Doña Miriam Germán.
La propuesta viene de inescrupulosos
y desfalcadores que tienen parientes en la cárcel y de otros que se mencionan
los llevarán para las paredes frías.
Después de acumular millones sin
ser de ellos, ahora quieren andar como “pedro por su casa”, sin castigo y que
siga el robo.
El Ministerio Público debe
seguir apresando y metiendo a la cárcel a los autores de estos hechos sin
importar estatus social, político, económico, credo y color de la piel.
El presidente Luis Abinader
no debe claudicar ante las pretensiones de que destituya a la Procuradora
General de la República y su equipo como se plantea.
De ceder perdería
credibilidad en el pueblo humilde, fracasaría lo que enarboló en campaña.
Al terminar su gestión se
iría frustrado, deshecho por el pueblo, el rancho ardiendo y el país perdiendo.
En otras naciones, donde hubo
el combate a la corrupción costó sangre, prisión, fugas de culpables de a otros
países acusados de desfalcar el estado y después de eso ir a servir al Estado
es un modelo ejemplar.
Si eso debe ocurrir en este
país para recuperar lo robado, al presidente Luis Abinader que no lo piense dos
veces y si tiene que dar fuego a la lata que lo haga.
Para algunos es muy cómodo
llegar al gobierno, llenarse maletas de dólares, dinero dominicano, disfrutar
de mansiones, villas, yates, viajes, cuentas en bancos extranjeros, y miles de ciudadanos
pasando hambre.
Es bien sabido que gentes
ligados a sectores oscuros, con poderes económicos, políticos, militares, no
vacilarían en desatar ardas virulentas con fines de alterar la paz y crear
desestabilidad.
El gobierno debe estar preparado y limpiar los cañones por si hay que enfrentar a los revoltosos. Las evidencias son más que elocuentes.
Iniciaron asesinando a una
pareja de esposos pastores evangélicos para proteger de traficantes de drogas.
Pasaron a sabotajes al Teleférico
de Puerto Plata; bloquearon el sistema de energía en el Aeropuerto doctor José
Francisco Peña Gómez; lo extendieron a la provincia de Barahona y continuarán
en otras localidades.
Esos mismos grupos son los
que fomentan el auge de la delincuencia mandando a jóvenes a asesinar, desarmar
militares y no descansarán hasta lograr sus macabros planes.
Es bien sabido, y de eso organismos
de inteligencia del Estado tienen informes, que en Haití se estaría “azuzando” que
grupos de asesinos que penetre en masas a República Dominicana a causar desórdenes,
y de eso culpar al gobierno de Luis Abinader y sus adversarios sacar provecho.
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