Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D.- En la
Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago, organismo semiautónomo
hay cuestiones que no “huelen bien”.
A pesar de los escándalos
que devienen desde la administración pasada y algunos “asomos” de la actual los
organismos competentes de investigar malos manejos se han quedado con los brazos
cruzados.
Coraasan es un
estamento semiautónomo que maneja altas sumas millonarios en el cobro de agua.
Desde la pasada administración
y la actual se cuestiona alegados mal usos de los recursos que ingresan a ese
organismo.
Ay sectores que apelan
a la Procuraduría Especializada de Persecución de la
Corrupción Administrativa, que audite esa institución.
Plantean que la Comisión de Ética Pública investigue y trate de
clarificar el manejo de los recursos de Coraasan.
Con razones o sin ellas, hay sectores que demandan que las arcas
financieras de Coraasan sean fiscalizadas desde pasadas administraciones y la
actual.
En la actual administración del PRM se ha desatado la caja de los “diablitos”
después de producirse una oleada de cancelaciones y renuncia de ejecutivos de
esa institución.
Uno de los casos más sonados es la renuncia del presidente del Consejo,
empresario Carlos Sully Fondeur.
La causa estaría en que se aprobaron una serie de proyectos, los que son
autorizados y ejecutados por la Gerencia General a cargo del Ingeniero Agrónomo
Andrés Burgos.
Las fórmulas y decisiones de Burgos, al parecer ha originado crisis,
incertidumbre y ronchas entre algunos de los ejecutivos.
Se comenta que los dueños de camiones que distribuyen agua en comunidades
rurales se ganan altas sumas de dinero.
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