Santiago,R.D. La honestidad de Plutarco Arias, que el gobierno de Luis Abinader y sus calayos trataron de enlodar, la sociedad de Santiago les ha reconocido y dado, a su vez, una bofetada a un sistema pútrido que impone zancadillas a persona con sobrada solvencia moral.
Sin dudas, que dentro de los servidores públicos que rodean la gestión de Luis Abinader, existen muchos de reputaciones buenas, aunque jamás de la estirpe de Plutarco Arias, que de manera efímera guió el putrefacto ministerio de Salud Pública.
Con el entramado orquestado contra este reputado médico, la única perjudicada ha sido la sociedad dominicana, jamás el gobierno de Luis Abinader que cada día se ve más acorralado por sectores que no les auguran nada bueno, sino que los interesados lo acorralen, que lo llevan como a un barco a la deriva y lo hagan fracasar para desacreditarlo.
Tras la descabellada actitud del gobierno de alejar a la gente seria que no se doblan a intereses inmorales, la sociedad santiaguera respalda a Plutarco Arias.
Alejar del gobierno a un hombre de la calidad moral y profesional como es Plutarco Arias, es una actitud que evidencia que a Luis Abinader les harán cuestionamientos muy graves al final de su gestión.
Sin dudas, que todo eso que se aprovechan en los actuales momentos, en el devenir del tiempo, serán los atacantes más feroces en los tiempos porvenir contra la gestión de Luis Abinader, al PRM y sus servidores.
Es evidente que en los alrededores del Palacio Nacional habrá personas que cuando se les llame a servir en el Estado se negarán ya que los embriagados dirigentes del PRM y quienes se creen que compraron a la República Dominicana no permiten que la honestidad esté cerca de ellos.
Cuando Plutarco Arias llegó a la Unión Médica de la cual es inversionista recibió el calor humano, solidaridad y sinceridad de sus empleados.
Muchos lloraban de emoción, resaltaban la honestidad, el espíritu de servicio del reputado neumólogo de Santiago, que fue destituido como ministro de Salud Pública por no hacerse cómplice de seguir un modelo que le roba el dinero al pueblo.
En el lugar había empleados y pacientes que aplaudían sin cesar y abrazaban a Arias.
Hasta el momento, se desconocen las razones de la destitución de Plutarco Arias, como ministro de Salud Pública.
Quizás, cuando lleguen los sombreros no habrá cabezas a quienes les quepan.
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