Santiago, R.D.- Crece cada día la cantidad de hombres y mujeres, en su mayoría avanzados de medad con alegados problemas mentales deambulando por las calles de Santiago, muy notorios de origen africanos.
En sus características, se evidencia que muchos de los hombres tienen aspecto de descendencia africana.
Algunos, se muestran sumisos, otros, reaccionan de manera agresiva cuando ciudadanos se les acerca.
La frecuencia de esos ciudadanos deambulantes, prefieren las áreas de las calles Juan Pablo Duarte, 16 de Agosto, República de España, Boy Scouts, San Luis, Circunvalación Sur, 30 de Marzo, Antonio Acevedo y la General José Cabrera en el casco histórico en Santiago.
Esas personas, vulnerables y desamparados, se les ve con las miradas perdidas, incapaces de sostener una conversaciones, tirados en las aceras, falta de coherencia, harapientos y malolientes.
Algunos, tratan de buscar alimentos en los zafacones llenos de basura, en que algunos usan pedazos de cartones para cubrirse las cabezas para cubrirse de los candentes rayos del Sol.
Pero, usan los pedazos de cartón para dormir, especie de mueble, almohada, neutralizar el frio de las aceras cuando suelen estar mojadas.
Acciones similares se pueden observar en las calles Independencia, Salvador Cucurullo, Batalla de Beller, Sully Bonnelly, entre otras, donde personas enajenadas mentales deambulan por esas vías, en donde realizan sus necesidades fisiológicas.
Hasta el momento, ninguna institución responsable de la salud mental ha actuado en el rescate de estas personas, las cuales son golpeadas por los niveles de pobreza, marginalidad, inequidades sociales, estigma, violaciones de los derechos humanos y por los efectos de las barreras de acceso a la atención oportuna especial estatal.
A los deambulantes se lo perciben padecen cuestiones de trastornos mentales, que pese a esas condiciones psiquiátricas que les impide su participación laboral, intelectual, de relaciones para lograr un bienestar físico, mental, social, a nadie parece interesarle la mala calidad de vida que los afecta.
Ningún organismo público ni privado, que se sepa, ha realizado censos que ofrezcan cifras y estadísticas de la cantidad de personas dementen hay en el país y sin ninguna protección.
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