Nazaria Reynoso y dos de sus hijos especiales.
Por Marcelo
Peralta
Santiago,
R.D.- Hay ocasiones en que muchas veces no estamos al día de las ayudas que se
puedan recibir.
Es
algo comprensible para las madres solteras con hijos enfermos a su cargo y sin
trabajo.
Nazaria Reynoso, de 50 años es una mujer que se ha
convertido en heroína.
Tiene tres
hijos en condiciones especiales y desde el gobierno central no recibe ningún
tipo de ayuda.
Ellos son
Sandra de 30 años, Edwin, de 25 y
Miguel de 23.
Todos padecen cardiopatía congénita,
situación que les impide ser seres normales.
Vive en vetusta casa marcada con el número 48, calle
Hermanas Mirabal, barrio Cañada del Diablo, en Los Jazmines, sector Pekín al
Sur de Santiago.
Como madre soltera se gana la vida remendando ropas a
sus vecinos.
Posee una máquina marca Singer
Desde el gobierno central no recibe ni un quiquí que
le permita amortigua la pesada carga en el hogar.
Relata que el padre de sus
hijos, cuyo nombre no mencionó la abandonado.
Cada vez que quedaba embarazada y los médicos
recomenzaban sonografías y detectaban las anormalidades de sus fetos.
Sin embargo, como mujer devota de Dios decía que ella
quería tener a sus hijos, porque Dios los protegería.
Reynoso dice que nunca he recibido nada de gobierno alguno.
Ni la tarjeta solidaridad, y que de
la Iglesia Católica es que le compraron una cama para uno de los muchachos
dormir.
Dispuesta está en recibir ayuda del
gobierno porque en triste y lamentable su actual situación.
Y dice que lo poco que gana
remendando ropas de sus vecinos Dios le permite comprar alimentos y medicinas
para sus vástagos.
NUNCA ABORTO.
A pesar de las condiciones de sus hijos, Nazaria
Reynoso dice que consciente de las condiciones de sus hijos nadie le sugirió
abortar.
Confiesa que si alguien osara proponérselo
lo rechazaría nunca lo permitiría ya que eso es tronca una vida.
Y además, un crimen que Dios castigaría.
Sus pretensiones era tener seres humanos
normales, pero que al formarse anormales y como una mujer llena de amor que
refleja toda madre, los ve como el mayor regalo que Dios le ha dado.
Por la situación en la que vive la dama, requiere de ayuda
estatal.
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