La víctima, Mmame Mbage, de 35 años, falleció cuando intentaba huir de agentes de la Policía Municipal, que lo perseguían por
vender perfumes en la Plaza Mayor, en el centro de la capital.
El hombre
fallecido residía en el barrio de Lavapiés, uno de los más multirraciales de
Madrid, donde conviven personas de diversas culturas y religiones.
En plena persecución, el hombre cayó al suelo y aunque los
agentes intentaron reanimarlo, tarea que continuaron los sanitarios del
servicio de emergencias, no pudo pudieron salvarlo.
Tras el suceso, se produjeron protestas en el barrio que se
prolongaron hasta la madrugada, con incendios de contenedores de basuras y
numerosos destrozos en sucursales bancarias, que provocaron seis detenciones,
así como heridas a diez policías, según informó a Efe un portavoz de la Policía
de Madrid.
Hoy el barrio intenta recuperar la normalidad, mientras decenas
de compañeros de Mmame Mbage se concentraron pacíficamente en una plaza próxima
al lugar del fallecimiento para protestar contra lo que califican de “violencia
policial”, que sufre el colectivo de vendedores ambulante, conocidos como
“manteros”.
Diversas asociaciones convocaron para hoy una concentración en memoria del hombre senegalés fallecido en Lavapiés, con el lema “Contra el racismo institucional asesino”.
En Madrid, como en muchas otras grandes ciudades, prolifera la
venta ambulante de productos falsificados por parte de inmigrantes que utilizan
esta actividad como medio de vida, pero que es perseguida por las autoridades
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