Rogelio Cruz.
Por Marcelo Peralta.
Los últimos acontecimientos ocurridos en la República Dominicana, el silencio y flojera del presidente Danilo Medina evidencia que la democracia no anda bien.
La llegada de manera ilegal de millares de haitianos de todas las edades y famélicos creando ambientes fétidos ante la apatía estatal demuestra que la República Dominicana ha sido soltada en banda por quienes nos gobiernan.
El traslado hacia Colombia en Centroamérica del sacerdote dominicano Rogelio Cruz y las amenazas vertidas en su contra, de alegados sectores mineros extranjeros radicados en el país es una evidencia clara de la incapacidad mostrada por el gobierno de turno.
Los crímenes acontecidos en diferentes puntos del país es algo que debe preocupar a la sociedad.
Es tiempo de que el presidente Danilo Medina hable al país para llevar tranquilidad a la ciudadanía, porque hay tensión social y se acrecienta cada día.
Es tiempo de que se detenga esos momentos de tensión social y se detenga el peligro de que el sistema democrático dominicano caiga en el vacío.
No es casualidad y menos coincidencias de que a la Patria de Juan Pablo Duarte, Matías Ramón Mella, Francisco del Rosario Sánchez y los demás hombres y mujeres que ofrendaron sus vidas en aras de la libertad e independencia se produzcan hechos jamás vividos en este país.
Ha habido en los últimos meses un cálido ambiente social en la República Dominicana que el presidente Danilo Medina con alguna alocución debe tratar de bajar.
El régimen que asumió en el poder Danilo Medina ha estado basado en libertad y tranquilidad por su forma de dirigir los destinos del país que por ninguna razón debe ser afectado venga de donde venga.
A este país el poco de paz que disfrutamos ha costado mucha sangre y no podemos volver a un retroceso y que sectores oscuros quieran venir a empañar.
Es sospechoso que millares de haitianos entren al país por la frontera como chivos sin ley radicándose en pueblos y campos en que muchos vienen a cometer tropelías contra dominicanos.
Eso es inaceptable, toda vez que ellos tienen su territorio, costumbres, tradiciones, hábitos, leyes, constitución y aquí ellos y ellas no debe permitírsele imponer su transculturación.
Mientras que la denuncia del sacerdote dominicano Rogelio Cruz de las amenazas provenientes de sectores mineros, el gobierno de Danilo Medina tiene la obligación de aclararle a los dominicanos y aplicar las medidas de rigor.
Un dominicano de la calidad humana de Rogelio Cruz no se puede arruinar por millones de extranjeros y menos por chupa sangre mineros que se llevan las riquezas de este país, destruyendo los recursos naturales, enfermando a sus habitantes, secando y dañando sus ríos.
En República Dominicana jamás se puede permitir que se impongan modelo al estilo de la mafia siciliana.
Un cabello que le quiten de la cabeza al padre Rogelio Cruz provocaría acciones sociales de impredecibles consecuencias y desde el gobierno no debe permitirse eso.
Nunca, jamás que lo sepan esos sectores oscuros que hay en el país.
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